SENSACIONES

Dicen que la vida es una sucesión de lecciones que uno debe vivir para entender. Y nos pasamos la vida tratando de entender de que van esas lecciones. Somos buenos y malos alumnos, prueba y error hasta acertar. Aunque hay cosas que, aunque sabidas, no las aprendemos más.

Hay poetas que dejan huellas. Seres que parecen emparentarse con nuestros pensamientos o sentires y nos apropiamos de sus palabras. Sin dudas, Gelman es uno de ellos.

Me gusta la noche. Perderme por ahí. El olor de las noches. Su ritmo. Su silencio. El despertar de la ensoñación. Y los fantasmas que sobrevuelan alrededor de todas mis confusiones.

¿Cuándo fue que escribimos en el agua este destino indisoluble?... ¿Cuándo fue que nos juramos tanto tiempo?... ¿Cuándo fue que me conformé sólo con mirarte la piel?

¿Que son los puntos finales más que comienzos? El apego a veces nos confunde. Pero siempre debemos saber que, aún rotos, estamos enteros. Dejar de buscar puede ser una buena opción cuando te atraviesa el pasado, ya que nada nos salva de los recuerdos. Salvo inventarnos nuevos.