
Escuela de Registros Akáshicos Sol Ahimsa
Podcast af Sol Ahimsa
Te compartimos información de interés relacionada con los Registros Akáshicos. Si te interesa profundizar el conocimiento en esta técnica, no dudes en visitar la página web de la Escuela se Registros Akáshicos Sol Ahimsa (www.registrosakashicossolahimsa.com) Un nuevo proyecto que nace con la intención de facilitar la enseñanza e información de todo lo relacionado con esta maravillosa práctica. CONOCE LO QUE TU ALMA HA EXPERIMENTADO VIDAS TRAS VIDA La Lectura de los Registros Akáshicos nos ayuda a traer nuestro pasado y nuestro futuro al momento presente. El libro de Vida o Registro Akáshico es el almacén de toda la información de cada ser que alguna vez ha vivido sobre la Tierra, contiene cada palabra, sentimiento, pensamiento, hecho e intención que alguna vez ha ocurrido o ha vibrado cada ser en algún momento de su historia. Pueden hacer que seas consciente del camino por donde tienes que ir en esta vida y afrontar la vida conscientemente. Desde muy antiguo existe la tradición de leer los Registros Akáshicos como una forma de saber que es lo que nuestro alma ha ido experimentando vida tras vida.
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Recibido por Rafael Rishi “No tengo rostro humano -por supuesto- pero si tengo un alma, una esencia, una consciencia. No me veo como ustedes… ustedes se ven como yo”. No todo lo que tiene rostro humano es comprensible o es un motivo de conmoción. Con los seres humanos compartimos un micro y un macrocosmos en el cual somos lo mismo: hermanos, ya que no me gusta tanto el apelativo de madre. No a todas las energías femeninas nos gusta el rol de madre. Prefiero ser el centro femenino, la inspiración, la energía en la luz femenina. Como mi rostro no es como el suyo -insisto- ustedes creen que habitan una roca inerte. Ni tan siquiera las rocas son realmente inertes. Esta explicación en torno a sus cinco “escasos sentidos” humanos deja por fuera toda la inteligencia de lo que les rodea. Seres humanos: ahora tiembla la tierra bajo sus pies, destruye sus casas, toma la vida de muchos de ustedes… ¿es esto culpa de la Tierra? ¿es este un castigo divino…? Ni lo uno, ni lo otro. En ambos casos se colocan a si mismos en el centro del Universo. Seres humanos: Yo, la Tierra no giro en torno a sus intereses, por lo general tan mezquinos, tan pequeños, tan absurdos. Yo solo puedo ver una fiebre, un deseo -una necesidad de extraer y de extirpar hasta el máximo- un agotamiento de la savia de lo que está sobre mi superficie. Ustedes no son imprescindibles y mucho menos desde la forma descorazonada de relacionarse con sus otros hermanos. Ustedes se creen que, porque entendieron los “elementos”, pueden comprender la alquimia de la vida. Nada más lejos de la realidad. Nada más desconectado de la totalidad. Ustedes siguen creyendo que todo está separado. Yo siento su dolor cuando se abre y tiembla la tierra, cuando se desplaza una placa o cuando algo sucede en las capas que están sumergidas en los océanos. Todo eso es movimiento… es vida, y lo que ocasiona esto al reino animal, vegetal y mineral, y a la humanidad, es algo que yo siento dentro de mí. Ustedes no lo pueden entender porque están completamente desconectados del lenguaje que tiene su cuerpo: ustedes podrían escuchar a cada una de sus células en esa relación que la vida entabla al hablar consigo misma. Esto puede resultar risible o ridículo para una humanidad tan relacionada con el culto a lo racional. De veras podrían entender mi dolor si ustedes sintieran profundamente lo que pasa en las capas más profundas de su ser, en sus órganos, en su sangre. Si ustedes pudieran ver dentro de sí mismos y biológicamente lo que está sucediendo: hay batallas de supervivencia en su interior, hay un microcosmos en pugna y conflicto, sí, pero también hay paz, armonía y un trabajo de crecimiento. Si pudieran entender o por lo menos escuchar. Seres humanos, tan solo deténganse y escuchen el ritmo de su corazón. Para ello no necesitan un instrumento externo para sentir su pulso, escuchen a través de él qué es lo que sucede en su corazón… no sólo es el bombeo de la sangre para incorporar oxígeno en su torrente. No sólo es eso. Es vida. Es el inicio, la trama de la vida con sus matices de existencia. Es la muerte, el ascenso, la claridad, la oscuridad. Es la noche y el amanecer. Es el ritmo incesante y maravilloso de la Vida. Cuando tiemblan “las estructuras” dentro de ustedes y su salud se ve quebrantada, se activan sus células: sus leucocitos trabajando para alertar de una injerencia externa a su naturaleza interior. Hay vida y muerte. Batalla, combate y paz. Hay amor incluso en ese aparente y dialéctico conflicto. Hay amor, respeto y vida. Cuando hay fiebre, escalofríos, convulsiones y desmayos, también hay vida. ¿En qué se parece esto a un terremoto que sucede sobre mi superficie? Si ustedes tratan de explicar todo en función de su presencia, no solo sobre mí sino sobre el Universo, ese temblor será entonces un castigo divino. El que se destruyan sus edificaciones, sus casas, que se abran brechas en el suelo y que se caigan árboles… hay dolor en el mundo animal destrucción y dolor en el mundo vegetal y mineral. Se produce un golpe y sufrimiento humano… Y también hay renacimiento. Ustedes, seres humanos, ¿creen que yo tengo el mismo ánimo o la misma energía todo el tiempo? ¿Creen ustedes que en mí no transcurre el tiempo o no transcurren cambios? Si no pueden ver ésto, entonces no han visto nada. No han empezado ni tan siquiera a verse. Cuando se dice “pongan los pies sobre la Tierra”, eso no significa “písame”, no es “pisotéame”. Tampoco significa “úsame” ni “explótame”. Lo que esta frase expresa es “respétame, respétate”, “reconócete a través de mí”, se te dice “escúchate”. No crean que no me duele lo que está sucediendo con la humanidad, tampoco crean que no tengo corazón. A mí me duele tanto o más que a ustedes. No es que esté enojada solamente, es que estoy siendo testigo (aparentemente silenciosa) de tanta proliferación y derroche de prepotencia. De pronto hay un ser que cree que es dueño porque pone una cerca alrededor de un espacio verde, o porque construye con elementos que extrae de mis entrañas. Cree que es dueño de algo porque cobra derechos sobre el uso de ese algo que no le pertenece. En realidad, ustedes seres humanos son foráneos. La Tierra, Gaia, Yo, no les pertenezco. Ustedes no me pertenecen, pero podemos tener una relación de respeto. Ya han pasado por mi superficie diferentes formas humanoides, y diferentes formas de “inteligencia” y así como han venido se han extinto. Se han ido por su propia idea de verdad, por su propia idea de realidad, por el propio desconocimiento de esta relación de respeto. Si quiere la humanidad, que siga extrayendo, usando y desechando. Que siga creyendo en todas sus ideas de sostenibilidad o de conexión con un ciclo de la vida. A ninguno de ellos pertenecen como tal. Yo, entre tanto, sigo aquí teniendo mi propio proceso de crecimiento, mi propio momento de consciencia y mi propio trabajo que hacer. Ustedes se quejan por mover un dedo para hacer algo, y ni tan siquiera detectan el movimiento bajo sus pies. Por qué no aprenden de sus hermanos animales, plantas y minerales… ustedes no se enteran de nada mientras ellos -sus hermanos- se ponen a salvo, entienden los ritmos, entienden su finitud y no sé creen ni indispensables ni inmortales. Yo tengo mi propio crecimiento. ¿Acaso ustedes no se sienten afectados cuando se miran al espejo y notan que han cambiado, han envejecido y tienen nuevos dolores o han encanecido? En lugar de querer llevarme a otro lugar, otro “plano” u otro “nivel”, les invito a sumergirse en mí. Hoy les invito a sentir mi ternura, mi tristeza, mi alegría y mi rabia. Estas emociones son las mismas que ustedes sienten o podrían sentir. Les invito a ser Yo por una mínima fracción de tiempo, por un instante diminuto… les invito a sostener aquello en lo que no creen o aquello que les fatiga o que les cansa pero que al mismo tiempo respetan… les invito a respetar todo aquello que no comprenden siendo ustedes, realmente ustedes tan solo por un día. Gaia

Por Rafael Rishi. ¿Cómo se siente conectar con un “egrégor” y no con la información del Registro Akáshico? Hay falsas sensaciones de paz. El ser humano está preso de informaciones de paz y de amor, que no son lo que muestran. Conectar con un egrégor es prácticamente imposible de detectar para un ser humano que está buscando desde su vanidad o desde su ego aquellas situaciones que le den las respuestas que su mente racional quiere tener. Con ese lugar se estaría conectando cuando hacemos una autolectura o una sesión de Registros Akáshicos para otras personas. Si esto se viera como un gráfico, la imagen resultaría sencilla. Estaríamos tratando de conversar con una voz elevada de consciencia, pero nos encontramos frente a un domo, una burbuja, o una red curva en donde están pequeñas notas pegadas con respuestas prefabricadas, a manera de lugares comunes predeterminados y provenientes de un inconsciente colectivo. Ver de pronto toda esa falsa felicidad con diferentes formas: información de falsos maestros, la falsa abundancia, la falsa magia, en fin, todo se visualiza como recetas rápidas para el crecimiento espiritual. En un egrégor encontramos un sinnúmero de sustancias espirituales adictivas, placebos para el alma, construcciones y entes que empiezan a tener vida propia. Todo esto para una humanidad desesperada en un absurdo círculo vicioso de buscarse fuera. La información contenida en un egrégor, muestra el desempeño cotidiano de un ser humano y su esfuerzo de conectar con un ser externo a sí mismo, qué le brinde las respuestas que su alma busca para una orientación espiritual. Al conectar con un egrégor se disfrazan los programas presentes en cada ser. Los seres humanos estamos cargados, en mayor o menor grado, de programaciones mentales, emocionales, energéticas, físicas o espirituales. Desde la conexión con esa red, esto se pretende invisibilizar, o su información será aceptada consciente o inconscientemente vida tras vida. En el egrégor se lanzan “distractores” cuando empezamos a culpabilizar a una raza o una cultura; se pretende estigmatizar. Se colocan dogmas por sobre la sabiduría y el conocimiento. El egrégor se nutre de estos seres que buscan verdades fuera de si mismos. Esta entidad va creciendo y construyéndose a si misma como una red mucho más compleja, mucho más fina en las respuestas que “brinda”. Por ello y de pronto entre tantos seres humanos y tan diversos entre sí, se empieza a encontrar la misma respuesta a las múltiples preguntas de las personas. Esa respuesta “única” es la de un egrégor con el cual se conecta en función de tratar de leer una información de alma o información energética como la del Registro Akáshico. El conectar con un egrégor nos llena de amuletos, de santos y de dioses; de entidades que se muestran supuestamente más sabias que nuestra propia consciencia. A través de un egrégor, se descargan técnicas, formas de sanación “milagrosas”, respuestas rápidas que no demandan ningún esfuerzo del ser humano que está buscando despertar a su propia realidad. Por lo tanto, estamos conectando la gran mayoría del tiempo cuando supuestamente leemos Registros Akáshicos, con infinidad de egrégores, que lejos de acercarnos a una gran verdad individual o dar luces acerca de nuestros planes álmicos, nos alejan de nosotros mismos acercándonos a un rebaño de inconsciencia.

Por Rafael Rishi. Consciencia de consciencias... permíteme acceder a la información del Akasha. Akasha, cuéntame... ¿qué es el Registro Akáshico? Es un arco iris, y también es un océano esférico. Es un pergamino sin inicio y sin fin, que se abre en cualquier lugar y de cualquier modo… cuando se tiene la llave. Una bocanada de aire fresco cuando necesitas respirar en un ambiente tóxico; la sonrisa de un niño para una madre ciega, el canto con una voz tierna para un corazón endurecido. Es el recuerdo… como un gran acorde musical con todas las voces, en un tiempo sin tiempo... en un lugar de totalidad. Es el alfa y el omega. Un cielo de luz que permite mirar las estrellas: la sucesión de astros, planetas, estrellas y galaxias entrelazadas unas con otras. Es el inicio y el fin del todo y la nada, de la voz real de nuestra consciencia como almas. Es un álbum de fotos para un ser que no tiene memoria. Una gran sinfonía musical para un ser melómano. La vibración de una campana agitada en el día cero, y luego escuchada… escuchada… y escuchada nuevamente. Es la ausencia de todo lo humano y la presencia de todo lo espiritual. Es la ausencia de todo lo espiritual y la presencia de todo lo divino. Es la ausencia de todo lo divino y la presencia del uno. Es la ausencia de la pregunta y la omnipresencia de la respuesta.

Autora: Sol Ahimsa Lo que en realidad somos, no es lo que en esta vida vemos, sentimos o pensamos, únicamente. Somos mucho más que eso, somos todo lo vivido, sentido y pensado en otros tiempos y vidas. Nuestra alma va vagando por otros tiempos y planos y, todo ello, se va arrastrando vida tras vida, pero una parte de todas esas experiencias puede quedarse bloqueando nuestro crecimiento. La energía generada con determinadas actitudes, experiencias, decisiones, etc., sigue con nosotros, negándose a ser trasmutada, formando parte de nuestro inconsciente y alimentando a la sombra. Todo esto, puede ser identificado y sanado, si nos proponemos enfrentarlo y transmutarlo. Estos bloqueos nos condicionan la situación actual y, por ello, conviene identificarlos, reconocerlos, desbloquearlos y sanarlos. El alma desde que se liberó de una de la Conciencia, ha ido aprendiendo, pasando por diversos planos de existencia, pudiendo aprender todo aquello que consideró necesario para su evolución y enriquecimiento. Al encarnar, nuestras almas, eligen experimentar una serie de cuestiones pero, para comprender este proceso, tenemos que borrar el concepto de castigo, el concepto de “como yo hice, ahora tengo que pasar por lo mismo o pagar por….”. Esos conceptos borrémoslo ya, porque no vibran en la frecuencia en la que tenemos que hacer la sanación. Entonces, ¿cómo sería? ¿Por qué pasamos por lo que pasamos y porqué tenemos determinadas experiencias? Esto es como que no encaja. Si nuestro Alma necesita experimentar una serie de cosas, relaciones con personas, situaciones más o menos complicadas o muy complicadas, ella acepta seguir ese proceso y nosotros ante esa situación podemos, superarlo bien, es decir, pasar por esa experiencia, esa energía transmutarla, entender lo que estamos haciendo, el por qué lo estamos haciendo y seguir adelante o quedarnos enganchados y no superarlo o estar toda la vida con ese “runrún”, con ese dolor, con esa angustia, con ese malestar, con ese trauma, enfado, lo que sea. Si yo, cuando me voy de aquí, de este plano, me llevo esa emoción, ahí es donde mi Alma necesita después, para liberar esa energía, para hacer ese cambio de energía en la siguiente vida, tener que pasar por situaciones que me ayuden a superar eso o a entender o a integrar o a trasmutar, pero porque mi Alma entiende que necesita trasmutar eso, no porque nadie me diga “como tú has matado, te matan”, “como tú has dejado a esa persona o no la has querido, ahora te va a pasar lo mismo”, no, es la propia Alma por necesidad de integrar, de equilibrar y de armonizar esa energía, quien entiende que necesita hacerlo, por lo tanto, en la siguiente o en la siguiente o cuatro más allá, recoge esa información y entonces viene con situaciones, relaciones, etc., que le van a ayudar a tener que experimentarlo. Nosotros, cuando estamos en el otro lado, pertenecemos a un grupo de Almas hermanas o familiares que seguimos caminos de la mano, con experiencias no iguales, pero sí con algún tipo de relación. Si dentro de ese grupo de Almas, alguien necesita experimentar un sentimiento de dolor, de pérdida o lo que fuere, otro Alma de ese mismo grupo podría cumplir el papel del que abandona o no, por elección propia. Pero también pueden ser almas que quedaron dolidas o traumatizadas en otros tiempos y que adquirieron la necesidad vengarse, lo que le haría poder así desahogar su trauma y, si fuera posible, hacer una sanación conjunta. No siempre se entiende que un Alma pueda comprender o aceptar esto pero, si realmente en el otro lado comprendemos que lo que aquí se entiende como bueno, malo, bien o mal, no está catalogado de la misma forma sino como experiencias dentro de un plano de tercera, en el cual existen luces y sombras, experiencias de uno y otro lado mezcladas porque el Alma necesita experimentar desde los dos lados para identificar y saber qué es lo que hay, podemos comprender que haya Almas hermanas que acepten tener el papel no agradable, al igual que podemos asumir que para sanarnos es preciso venir juntos y hacer el trabajo. Cuando nos volvemos a encontrar con alguna persona es porque hay algo pendiente y esas Almas vuelven a querer estar en situaciones, no iguales, pero sí similares o inclusive de cambio de rol, para así terminar de cerrar el círculo y, de esta manera, el Alma va a estar más integrada. El, mal llamado, karma se puede trasmutar de muchas maneras, a través de sueños, en experiencias en el otro lado o en experiencias físicas. Hay otra opción como, por ejemplo, cuando morimos, quedarnos en estos planos para ayudar como Guía a esa persona con la cual tuvimos problema so dañamos, para así ayudarla en su proceso interno. En este proceso de cambio que estamos teniendo, el cuerpo está vibrando en tercera alta, pero tercera dimensión. Nuestro interior, nuestra parte emocional, nuestro estado sensible, está vibrando en cuarta dimensión, de ahí que todavía tengamos que hacer estas peleas de luces y sombras dentro de nosotros, porque en cuarta dimensión estaría esta ambigüedad, estas dos partes, sin embargo, con una apertura de conciencia a quinta dimensión. Entonces, como se puede ver, somos un poco complejos, tenemos mucho lio en nuestro cuerpo, en nuestro interior, en nuestro estado, no sabemos muy bien por dónde vamos. Ahora mismo estamos en tres planos, la idea es aprender a unificar y quedarnos con esta consciencia despierta completamente en quinta, aunque tengamos que seguir viviendo en esta realidad. Esto haría que aprendamos a vivir en este plano, pero de otra manera, entendiendo las cosas y aceptándolas, conviviendo entre nosotros con mayor consciencia, con mayor apertura y respeto. Por eso, es importante para dar este salto, que hagamos la sanación de todo lo que traemos en nuestro maletín de vidas, es decir, que estando aquí, abramos el maletín y podamos ver todo lo que hay pudiendo entender, integrar, sanar quedándonos con lo que nos interesa. Pero para eso NO hace falta volver a vivirlo de nuevo. Para conectar con todo este proceso en información tenemos el acceso a nuestros Registros Akáshicos. Importante también, en este proceso de sanación, para realmente sanar algo en esta vida, es hacer cada cierto periodo de tiempo, revisiones de situaciones, experiencias, vivencias, etc. Con las personas de nuestro entorno, de la infancia o lo que fuere, podemos hacer sanación de esta vida, da igual que nos vayamos a la infancia o al vientre de la madre, vale todo el proceso, aparte de hacer esto también de una manera consciente, lo podemos hacer revisando lo que sentimos, las emociones que tenemos hacia las personas de nuestro entorno, para conseguir que no se quede ninguna ligadura, cadena, dependencia, apego, etc. Para que las dos almas se queden libres de este plano, de este cuerpo y, al irnos de aquí, que podamos seguir cada uno nuestro camino, sin necesidad de tener que volver otra vez a experimentar para limpiar o sanar. También lo que tendríamos que trabajar sería el concepto del perdón, pero como liberación, independientemente de lo que a nosotros nos hayan hecho. Tenemos que entender que, si me lo han hecho, primero es porque yo he dejado que me lo hagan, porque si nosotros no dejamos que alguien nos haga algo, no nos lo hacen, aunque hay veces que no llegamos a verlo; y, segundo, tenemos que entender que esas personas están siendo maestros nuestros para que nos fortalezcamos, para que aprendamos, comprendamos, lo que fuere necesario. Si lo vemos así y entendemos que somos un grupo de almas que vamos de la mano viviendo nuestras experiencias, será más fácil que entendamos a esas otras personas, porqué llegaron a ese punto con nosotros o, al revés, a otros les tocará el trabajo de entendernos a nosotros. Si no queremos que eso se quede enquistado, si no queremos llevarlos en nuestra maleta, tendremos que decir desde nuestro corazón: “lo comprendo, sé que en ese punto es lo que tenía que experimentar, tú sigue tu camino y yo el mío”, así se dará la verdadera liberación y la sanación será completa.

Autora: Ascensión Ballesteros El Akasha es un término que fue traducido del sánscrito como éter, espacio o cielo, donde quedan grabados los acontecimientos, palabras, pensamientos, emociones de vidas pasadas, incluyendo esta encarnación también. Años atrás, hubo una gran expansión de los Registros Akáshicos, del mismo modo que mal interpretados, denostado e incluso negando su existencia, quizás por desinformación. Hoy, todo esto, ha cambiado y podemos decir que, cada vez, hay más pruebas de su existencia demostrada por la ciencia cuántica.
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