‘Si Britney pudo sobrevivir al 2007 tú puedes con todo’. Esta es la frase que desde ese año recorre todo internet y que convirtió a la princesa del pop en una referente de superación.
Britney Spears rompió todos los récords y reinó en la MTV durante toda una generación, pero de la noche a la mañana perdió el control de su vida. En apenas un año se divorció, perdió la custodia de sus hijos y el control de todo su patrimonio. La razón: su diagnosticada bipolaridad y los problemas con el alcohol y las drogas.
Todo ello bajo la tutela de Jamie Spears, su padre. Una figura paternal que apareció para tomar el poder de decisión sobre su dinero, su historial médico y sus visitas.