
Un Minuto Con Dios
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Acerca de Un Minuto Con Dios
Podcast by Dr. Rolando D. Aguirre
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“De qué te quejas, de qué te quejas” Estas fueron las palabras que resonaron de una madre desesperada y frustrada mientras su hija hacía un berrinche en un supermercado cercano a mi hogar. El llanto de la niña era manipulador y fingido, pero el grito de la madre era tan potente que todos los que estábamos presentes lo escuchamos. Más tarde, esa misma madre, con una mirada firme hacia su hija, le dijo: “El problema es que lo tienes todo”. Esta frase me hizo reflexionar, porque refleja nuestra actitud en muchas ocasiones. El problema es que tenemos todo y aun así queremos más. Si contamos con un techo sobre nuestras cabezas, ropa para vestir, buena salud y comida en nuestra mesa, somos privilegiados. Tenemos mucho más de lo que muchos anhelarían. Sin embargo, a menudo nos comportamos como esa niña. Nos quejamos, expresamos nuestro descontento con palabras y acciones. ¿Qué debemos hacer al respecto? En primer lugar, dejar de quejarnos y cultivar un espíritu de gratitud en lugar de uno de queja. En segundo lugar, aprender a valorar lo que tenemos como un regalo divino. Luego, debemos apreciar los momentos únicos que la vida nos ofrece. Por último, practicar el contentamiento en lugar del descontento. La Biblia dice en Filipenses 2:14 , “Hagan todo sin quejarse y sin discutir”, (NTV).

La traición es una de las experiencias más dolorosas de la vida. Mientras que el rechazo, las burlas y el ridículo de extraños pueden herirnos, solo aquellos a quienes amamos o en quienes confiamos tienen el poder de traicionarnos y eso es lo que hace que la traición sea tan dolorosa. Esto es precisamente lo que sentía David cuando escribió el Salmo 41. Sus enemigos hablaban falsedades contra él, pero lo que más le dolió fue la traición de un amigo. Cuando los amigos chismean sobre nosotros, insinúan que hemos actuado mal o difunden mentiras, ¿qué podemos hacer? Algo importante para recordar es que nuestros amigos, al igual que nosotros, son imperfectos y pecadores. Por lo tanto, son propensos a cometer errores, creer en mentiras y lastimarse unos a otros. Entonces, ¿cómo podemos enfrentar el rechazo y la traición de una manera piadosa? En primer lugar, no debemos negar el dolor ni permitir que domine y arruine nuestra vida con ansiedad, amargura, ira o deseos de venganza. En segundo lugar, podemos llevar nuestras preocupaciones a Dios y pedirle que nos proteja, nos sostenga y nos sane (Salmo 41:2-4). Aunque no siempre entendamos por qué el Señor permite la traición, el vivirla nos enseña a buscar Su aprobación en lugar de la de los hombres. La Biblia dice en el Salmo 41:9, “Hasta mi mejor amigo, en quien tenía plena confianza, quien compartía mi comida, se ha puesto en mi contra” (NTV).

Vivimos en una era de increíbles avances tecnológicos. Cada día surgen nuevas invenciones diseñadas para hacer la vida humana más fácil. Desde llamadas automatizadas a servicios de atención al cliente, hasta cajeros automáticos, dispensadores de comida y teléfonos inteligentes, parece que las máquinas pueden reemplazar muchas de las tareas que antes realizábamos manualmente. Sin embargo, mientras algunos ven la tecnología como una amenaza que reduce gradualmente nuestra humanidad, otros la perciben como una herramienta invaluable para enfrentar nuestros mayores desafíos. La cuestión no es si la tecnología es buena o mala, sino cómo la utilizamos. El renombrado científico Albert Einstein expresó: “Se ha vuelto terriblemente obvio que nuestra tecnología ha superado nuestra humanidad”. Esas palabras, pronunciadas hace décadas, resuenan con aún más fuerza hoy. ¿Te imaginas lo que diría Einstein en la actualidad? La tecnología ciertamente ha puesto al ser humano en una posición privilegiada, simplificando muchos aspectos de nuestra vida.Dios, fuente de toda sabiduría, nos ha dado la capacidad de diseñar, explorar y crear para nuestro beneficio. No obstante, existe un privilegio aún mayor que cualquier avance tecnológico: el lugar que Dios nos ha concedido a través de nuestra fe en Cristo Jesús. ¡Ese privilegio supera cualquier ventaja que la tecnología pueda ofrecer! La Biblia dice en Romanos 5:2, “2 Debido a nuestra fe, Cristo nos hizo entrar en este lugar de privilegio inmerecido en el cual ahora permanecemos, y esperamos con confianza y alegría participar de la gloria de Dios”, (NTV).

En el año 2010, cuando un volcán en Islandia entró en erupción y paralizó vuelos en toda Europa, miles de personas quedaron atrapadas en los aeropuertos. Entre ellos, una joven estudiante con autismo, sola y sin recursos. Por eso, un empleado del aeropuerto notó su angustia y decidió ayudarla. Le compró comida, buscó alojamiento y contactó a su familia. Su gesto pasó inadvertido para muchos, pero para esa joven, fue un milagro. De manera similar, en tiempos de caos, Dios siempre levanta personas que reflejan Su compasión. Por ejemplo, Rut no abandonó a Noemí. El buen samaritano se detuvo cuando otros pasaron de largo y el Señor Jesús, en medio del clamor de la multitud, se acercó al ciego Bartimeo.Por lo tanto, si estás rodeado de incertidumbre, no pierdas de vista a quienes sufren a tu alrededor. Una acción guiada por el amor puede iluminar una vida entera. Por eso, decide hoy ser un reflejo de la misericordia divina. Aun en medio del caos, puedes ser luz. La Biblia dice en Mateo 5:16:“Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos” (RV1960).

“¡No he tenido un buen día en mucho tiempo!” fue el comentario de un señor en el aeropuerto recientemente. Además, añadió: “Parece que hay más días malos que buenos”. Al escucharle, me puse a pensar en mi respuesta. Mi primera reacción fue decirle: “No hay días malos, solo días en los que necesitamos confiar más en Dios”. El señor me miró intensamente y pensé que mi comentario podría no haber sido bien recibido, pero luego me dijo: “Cuéntame de ese Dios, tal vez es lo que necesito”. Así empezó una conversación amena sobre la fe. Antes de abordar el avión, dijo: “Ya lo entendí, no hay días malos, solo días para aprender de Dios”. La Biblia nos enseña que cada día es una oportunidad para confiar en Él, porque Sus misericordias se renuevan cada mañana, y Su amor nunca se agota. Cada día nos brinda nuevas oportunidades y desafíos que nos acercan más a Dios. ¿Recibirás cada día como un regalo de Su parte? Recuerda, no hay días malos, sino lecciones diarias de Su amor y fidelidad. La Biblia dice en el Salmo 23:6, “Ciertamente tu bondad y tu amor inagotable me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa del Señor viviré por siempre” (NTV).

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