
VENTAJAS DE VIAJAR EN CINE
Podcast by MANUEL ALCAINE
"Ventajas de viajar en cine" es un espacio del magazine "Siéntelo con oído", en el que su responsable, José Luis Arribas, se ocupa del apasionante mundo del cine.
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‘Bienvenidos al norte’ es una comedia francesa estrenada en 2008, dirigida por Dany Boon. La película, conocida por su humor inteligente y cálido, se convirtió rápidamente en un éxito tanto en Francia como a nivel internacional, llegando a ser una de las cintas más taquilleras en la historia del cine francés. Con un enfoque divertido sobre las diferencias culturales dentro de Francia, ‘Bienvenidos al norte’ mezcla situaciones hilarantes con un mensaje subyacente de empatía y comprensión. El filme destaca por las actuaciones de Kad Merad y el propio Dany Boon, quienes logran capturar la esencia del choque entre los estereotipos regionales y la riqueza de la diversidad cultural. La historia sigue a Philippe Abrams, un funcionario de correos que, tras ser sancionado por intentar conseguir un traslado a la Riviera francesa, es enviado a una pequeña y fría ciudad en el norte de Francia, una región famosa por su clima gélido y el peculiar dialecto de sus habitantes. Lo que Philippe teme como una pesadilla se convierte en una serie de divertidos malentendidos, encuentros inesperados y situaciones cómicas que reflejan con humor los prejuicios culturales y la importancia de superar nuestras ideas preconcebidas. La película no solo ofrece momentos de carcajadas, sino que también invita a la reflexión sobre la convivencia, la amistad y la diversidad regional. ‘Bienvenidos al norte’ tuvo un impacto extraordinario desde su estreno. Superó los 20 millones de espectadores en Francia y fue un fenómeno cultural, logrando conectar con públicos de diversas edades y regiones. El éxito no se limitó a su país de origen, ya que la película se distribuyó en más de 40 países, llevando su humor sobre las diferencias culturales a audiencias internacionales. Además, inspiró un remake italiano titulado ‘Bienvenidos al sur’. Aunque no fue una película de grandes galardones en festivales internacionales, obtuvo varios premios en Francia, como el Premio César a la mejor actriz de reparto para Anne Marivin y el Premio Lumière a la mejor película de comedia. Su legado perdura como una de las comedias más queridas y exitosas del cine europeo.

Hola excursionistas, soy José Luis Arribas y éste es el súper sonido de 'Ventajas de viajar en cine', desde 'Siéntelo con oído'. Procuren todos su billete de ida, acomódense en su butaca y durante este tiempo háganme el favor de parar sus relojes. El viaje comienza. Hoy: 'Cine Quinqui'. Hay que estar atentos y ser precavidos. Uno en una esquina de la calle, preparado para avisar por si surge algún problema, principalmente si se acerca una patrulla. Otro al volante, esperando en el coche, con el pie sobre el acelerador, dispuesto a arrancar como un resorte automático. Sin pensar, sólo actuar. Los demás darán el golpe, rápidos y precisos, violentos y directos. Sin escatimar en lo que se lleven por delante. Suena una alarma y se mezclan gritos con un motor que quema la calzada. Un atraco imperfecto, otro más, a añadir a la lista de antecedentes de la banda de delincuentes. Podría ser ésta una de las múltiples secuencias que conformaban la estructura de una película Quinqui, el género cinematográfico que nació a finales de los años setenta en España. Más o menos su corta vida abarcó una década, hecho que no se volvería a repetir nunca más. El cine Quinqui tuvo su significado y su razón de existir en una época y un contexto determinados. Aunque se realizaran obras posteriores y a pesar de que el cine contemporáneo, en los últimos tiempos nos haya dejado una revisión del género, ésta no deja de ser un homenaje, ya que las circunstancias que rodeaban a ese mundo fueron irrepetibles. Por ejemplo, era habitual tener entre el elenco de actores, a los mismos delincuentes, interpretándose a sí mismos o a otros conocidos malhechores, como parte protagonista y del reparto, y en la figuración. El cine Quinqui forma parte de la gran categoría del cine de explotación. Sus peculiaridades son consecuencia del marco histórico de la época de la transición, de las zonas marginales de las grandes urbes y del retrato realista de las capas más bajas de la sociedad. Precisamente el cine social alcanza aquí una significación auténtica y fiel, colocando frente a los ojos del espectador la violencia, la droga y la delincuencia, de una forma incómoda y bruta, sin concesiones. La historia de los quincalleros, los vendedores de quincalla, comerciantes de bisutería, modelaron y construyeron el origen de la figura del quinqui. Generalmente de etnia merchera, viajaban entre ciudades, hasta que se asentaron en su extrarradio. La degradación del término junto con la evolución de la conducta y actividad que les rodeaba, derivó en el quinqui, tal y como entendemos la palabra. Y allí, en la periferia, los héroes maleantes preparaban sus atracos. El cine Quinqui no solamente consistía en la narración concatenada de asaltos, tirones y robos de automóviles, con las consiguientes persecuciones. Había un importante espacio de denuncia comunitaria, de las diferencias entre la gente adinerada y la desfavorecida, y de la corrupción y los abusos de la autoridad. Los principales realizadores del cine Quinqui son José Antonio de la Loma y Eloy de la Iglesia. El primero es el pionero, el padre del género, con títulos como 'Perros callejeros' de 1977, 'Los últimos golpes de El Torete' de 1980 y 'Yo, “El Vaquilla”' de 1985. Con el segundo se alcanza el esplendor del estilo con trabajos como 'El pico' de 1983 y 'La estanquera de vallecas' de 1987. Mención muy destacable la de Carlos Saura con 'Deprisa, deprisa' de 1981, Oso de Oro a la mejor película en ese año en el Festival Internacional de Cine de Berlín. Entre los filmes que rescatan el género posteriormente, a modo de celebración de la época, como apuntábamos anteriormente, se encuentra 'Las leyes de la frontera', película realizada por Daniel Monzón en 2021. En esta última nos integramos en la banda del 'Zarco' y sentimos con ellos cómo se nos dispara la adrenalina, en el lado donde no existen normas y prevalece un código de valores diferente, al margen de la ley pero bajo la propia y personal, la que conduce la lealtad entre los semejantes y hacia uno mismo.

Hola excursionistas, soy José Luis Arribas y éste es el súper sonido de 'Ventajas de viajar en cine', desde 'Siéntelo con oído'. Procuren todos su billete de ida, acomódense en su butaca y durante este tiempo háganme el favor de parar sus relojes. El viaje comienza. Hoy: 'Secuelas maestras'. Suele ocurrir que visionamos una película, independientemente de que termine siendo de nuestro agrado o no, y cuando llegamos al final de la misma, poco antes de los créditos o una vez superado su clímax, nos ofrecen la historia sin concluir. Nos dejan un final abierto. Han plantado la semilla de una posible secuela futura por diversos motivos. Puede tratarse de una acción lógica y acorde con la trama, si ésta se basa en una historia que finaliza de ese modo y la lleva a la gran pantalla de una forma totalmente fiel. También es posible que el realizador, ante la posibilidad de desarrollar más el guion, el argumento y los personajes, deje la puerta abierta a su creatividad, para que quizá más adelante sea posible retomar su obra desde el punto en el que la dejó. En estos dos casos planteados, los motivos de la existencia de la segunda parte son artísticos. Existe otra predisposición a la continuación de un trabajo cinematográfico y es la razón económica. En esta tercera visión que se ha sumado, una producción de cine comienza a mover su maquinaria con la vista puesta en los beneficios derivados de la taquilla. Podría pensarse también que la voluntad de continuación atiende a una combinación de las anteriores razones. Sea de la forma que sea, la secuela se lanza, o bien con una antelación o bien desde la sorpresa. Y en ese momento el público recoge la noticia de muy diversas formas. Su reacción es diferente según la implicación del mismo con la historia original. Si una película te atrapó desde el primer momento que la viste y pasó a formar parte de tu lista de mejores, por los motivos que fueran, de una forma subjetiva y en consonancia o no con la calidad real de la misma, tu reacción ante el anuncio de la posibilidad de disfrutar de su secuela no va a ser idéntica a la que pueda tener otro espectador con un grado de vinculación menor. O aparece el temor a que se cumpla la máxima de que lo segundo es peor o quien surge es la ilusión por el retorno al mundo mágico que vivimos la primera vez. Lo que está claro es que nos encontraremos expectantes y llegado el momento nos sentiremos completados o defraudados. Es el tiempo del fan exigente. Existe un sentimiento parecido cuando lo que consumimos es un remake o una precuela, la continuación de una saga o un reboot, aunque todos estos términos conllevan diferentes connotaciones y merecen un estudio particular. Ahora nos centramos en las secuelas y en algunas muy especiales, las que obtienen en su resultado una nota que supera el simple aprobado. Éstas poseen una calidad indiscutible y son merecedoras de considerarse grandes películas, brillan con luz propia y en algunos casos más que la original que las precede. Hay una especie de consenso en la consideración de qué filmes pasan a este peculiar podio, del cual debemos recalcar una serie de matices. Algunas películas son dignas sucesoras y otras superan con creces a la primera, como ya dijimos, pero en algunos casos, si la primera fue una obra maestra, el mérito de la secuela es doble. Vamos a analizar objetivamente algunos ejemplos, orientando la mirada en este último caso. Son títulos que aparecen frecuentemente en todo estudio que se precie de riguroso y coinciden además con la opinión de la mayoría. Lanzamos el guante de nuestras propuestas en el centro de la mesa para iniciar el debate. Nuestra primera candidata es 'El padrino: Parte II', película de 1974 dirigida por Francis Ford Coppola, segunda de las películas que conforman la trilogía de la familia Corleone. Es al mismo tiempo secuela y precuela, ya que desarrolla dos tramas de forma paralela. Por un lado como presente la historia de Michael, interpretado por Al pacino, al frente ahora de los negocios de la familia; y por otro lado como pasado la vida del joven Vito, su padre, con la actuación de Robert De Niro, desarrollando su infancia en Sicilia hasta su llegada a New York. Es considerada una de las mejores películas de la historia y se trata de la primera secuela en ganar un premio Óscar como la mejor en la edición del año 1975. Nuestra segunda aspirante es 'Star Wars: Episodio V - El imperio contraataca', segunda película estrenada sobre la saga galáctica y quinta en el orden cronológico sobre la historia de la familia Skywalker. Es realizada por Irvin Kershner y estrenada en 1980. El planteamiento inicial de George Lucas, de que su historia daba para una serie de películas para poder desarrollar todo su universo, se estaba materializando. El guion del nuevo episodio se basaba en una de esas historias aunque ahora Lucas se ponía al frente de la producción ejecutiva. Esta secuela adquiriría unos tonos mucho más oscuros, trataría temas más adultos y sería considerada como la mejor de la trilogía original. En un mundo invadido por la vuelta a lo mismo, por el reinicio de lo que funcionó y en definitiva por la falta de originalidad, es de agradecer cuando una secuela crece tanto o más que la primera, con personalidad propia, con un trabajo detrás que ha ido más allá que la simple estrategia comercial. Hemos repasado dos películas totalmente diferentes y al mismo tiempo con una característica que las une: son secuelas maestras. ¿Qué otras merecen ese honor?

Hola excursionistas, soy José Luis Arribas y éste es el súper sonido de 'Ventajas de viajar en cine', desde 'Siéntelo con oído'. Procuren todos su billete de ida, acomódense en su butaca y durante este tiempo háganme el favor de parar sus relojes. El viaje comienza. Hoy: 'Segunda Guerra Mundial'. El tema que ocupa el espacio de hoy es el adecuado a tratar. No está elegido al azar. Se necesita hablar de ciertos temas y el cine realiza el papel adecuado siempre que es necesario. Una terrible y devastadora guerra se libra en Ucrania. Una contienda desigual y repulsiva. Como todas las guerras, porque por un lado se encuentran los civiles y por el otro los que ordenan las matanzas. Y podríamos haber empezado mucho antes, ya que conflictos armados existían y existen, en diferentes partes del mundo, antes de que comenzara la que nos ocupa y mientras asistimos desconcertados diariamente a tanta violencia. Se ha comentado otras veces que el cine realiza una importante función como testigo de la historia y como medio de denuncia, mostrando al espectador una realidad de la cual era quizá desconocedor. O sencillamente como recordatorio, para que no se pierdan en la memoria las acciones del ser humano. En el caso de la guerra, para mostrar su mezquindad. En el espacio de hoy realizamos un análisis comparativo entre dos grandes películas, que transcurren en el vergonzoso escenario de la Segunda Guerra Mundial: 'La lista de Schindler' y 'La vida es bella'. La elección del conflicto no responde a una determinada causa pero la decisión sobre los títulos elegidos sí. Tenemos ante nosotros a dos obras maestras de la cinematografía, que desde dos puntos de vista completamente diferentes narran por igual dos historias sobre la barbarie del hombre contra el hombre. La misión que nos hemos encomendado no pasa por el análisis en profundidad de las dos películas en particular, describiendo detalladamente todos sus aspectos. No es la forma habitual con la que dedicamos el tratamiento de un título, cuando es el elegido para coronar el tema de este espacio. En este caso recogemos las semejanzas y las diferencias con las que exponen la guerra más mortal de la historia de la humanidad, tocando uno de sus episodios más vergonzosos, el Holocausto. Queremos debatir sus visiones sobre este contenido, y las formas y procedimientos que utilizan para hacernos llegar su mensaje lo más claro posible. El genocidio perpetrado por los nazis se materializó en la forma de campos de exterminio, enclaves donde realizar sistemáticamente sus despreciables asesinatos. 'La lista de Schindler', película de 1993 dirigida por Steven Spielberg, nos presenta a Oskar Schindler, personaje basado en la persona real, empresario alemán dueño de diferentes fábricas, que salvó las vidas de más de mil doscientos judíos, contratándolos como sus trabajadores. Se basa en la novela 'El arca de Schindler' de Thomas Keneally, autor inspirado a su vez por los testimonios de Poldek Pfefferberg, uno de los supervivientes y empleado de una de las fábricas. La película está rodada en blanco y negro, ya que representa al propio Holocausto, según explicaciones de su director. Conforme al pensamiento de Spielberg, el color representa la vida y por lo tanto una película sobre el sufrimiento y el dolor de la población judía debe estar realizada sin color. Solamente hay una excepción coloreada y es el rojo del abrigo de una niña, que camina por el gueto de Cracovia y parece únicamente visible para los ojos del espectador. De nuevo, de acuerdo al realizador, la niña significaba lo evidente de lo que estaba ocurriendo y se representaba ante todos de una forma extremadamente clara, dando a entender con este simbolismo que aunque los altos mandos de Estados Unidos conocían lo que tenía lugar en Europa, no hicieron absolutamente nada para prevenir esta destrucción y ruina contra los judíos. Por eso destaca el rojo entre la ausencia del color: los hechos eran visibles y algunos no quisieron mirar. Otro aspecto importante de la fotografía del filme, al haber utilizado el blanco y negro, es que ayuda a dar la sensación de tener ante nosotros un documental real realizado en ese tiempo. No tiene que existir nada que pueda otorgar algo de belleza a los sucesos narrados. Fue una realidad cruda y por lo tanto la película sostiene la responsabilidad de mostrar la verdad descarnada. 'La vida es bella', película italiana del año 1997 realizada por Roberto Benigni, cuenta la historia de Guido, personaje protagonizado por el propio director. Dividida en dos partes, la primera narra las transformaciones sociales y políticas que poco a poco van llegando y golpeando a su país, en la forma del creciente fascismo y antisemitismo que amenaza a Europa. En esta etapa comienza la relación con la mujer de la que se enamora a primera vista y años después, ya casados y con un hijo, en el contexto de una Italia ocupada por los nazis y el último año de la Segunda Guerra Mundial, como muchas otras familias judías, son detenidos y enviados a un campo de concentración nazi. En esta segunda parte, Guido, persona de desbordante imaginación, se valdrá de esta virtud como instrumento para salvar la infancia, la inocencia y la vida de su hijo. Como protección ante el horror de la realidad, creará un juego de puntos para su pequeño, convirtiendo su cárcel en un gran tablero donde todos luchan por el premio final, un tanque de verdad. La historia es original aunque posea ciertas influencias basadas en supervivientes, como la de Rubino Romeo Salmoni y su libro 'Al final derroté a Hitler', y como la del padre del director, tras pasar dos años en un campo de concentración. La forma irónica del relato del primero y las vivencias narradas del segundo, a modo humorístico para soportar de alguna forma su dolor y el de sus hijos, formarían la semilla desde la que construir la historia. Según Benigni, reír y llorar vienen del mismo punto del alma. 'La lista de Schindler' se acerca en primerísimo plano al sufrimiento y 'La vida es bella' coloca un filtro especial antes, pero no desvirtúa en absoluto la esencia de lo que pretende contarnos. El juego inventado para el niño nos hiere de la misma forma que la imposibilidad de poder escribir todos los nombres en la lista de la vida. Estas dos películas se han adentrado en una de las zonas más oscuras de la historia. Otras también lo hicieron y no importa si resultaron mejores o peores. Acordes a su finalidad, conmovieron a los que se acercaron a ellas y hoy, en este espacio, son las protagonistas de nuestra denuncia, la pequeña aportación ante el horror que se repite de nuevo.

Hola excursionistas, soy José Luis Arribas y éste es el súper sonido de 'Ventajas de viajar en cine', desde 'Siéntelo con oído'. Procuren todos su billete de ida, acomódense en su butaca y durante este tiempo háganme el favor de parar sus relojes. El viaje comienza. Hoy: 'Trainspotting'. 'Trainspotting' es una película del año 1996 realizada por el director y productor británico Danny Boyle, la cual está basada en la novela del mismo nombre, cuyo autor es el escritor escocés Irvine Welsh. Es considerada una de las películas de culto de finales del siglo pasado, refiriéndose algunos a ella como 'La naranja mecánica de los noventa'. Esta importante y polémica película inglesa, cuenta la historia de un grupo de jóvenes heroinómanos, pandilla de amigos pertenecientes a las clases bajas de su ciudad, Edimburgo. Los protagonistas se mueven por los suburbios y las zonas más decadentes de la metrópoli, y recorren un camino cuesta abajo al infierno de las drogas. No tienen deseos, esperanzas y metas por las que luchar. Sus pretensiones y horizontes, siempre a corto plazo, consisten en drogarse y el dinero proveniente de actividades ilícitas, cantidades de libras esterlinas ensuciadas también por el mundo de los narcóticos. Es una espiral de autolesiones vitales y destrucción personal de la que es difícil escapar. Solamente uno de ellos parece tener un atisbo de voluntad para poder salir del pozo: Mark Renton, principal personaje del conjunto de la banda, interpretado por Ewan McGregor. Famoso es su monólogo que da comienzo al filme, durante una persecución por las calles de Edimburgo, huyendo de unos guardias, en el que deja bien clara cuál es su ideología y los principios que rigen su existencia. Es clara la causa por la que la película fue calificada de controvertida. El tratamiento descarnado del tema de las drogas se consideró como un posible detonante en la juventud de la época, que les llevaría por el mal camino, avivando en ellos el deseo de consumir estupefacientes. La forma de exponer, sin rodeos, la temática que aborda la película, causó un impacto en la sociedad de entonces. Habría que esperar al año 2000 para encontrarnos con otro título totalmente diferente pero igual de desagradable: 'Requiem for a dream' de Darren Aronofsky. Ambas comparten el contenido pero la última exprime el drama hasta unos niveles de dureza bastante elevados. Mucho más tarde en el año 2017, Danny Boyle vuelve a ponerse tras la cámara y dirige 'T2: Trainspotting', secuela que también se basa en otra obra de Irvine Welsh, continuación de la primera historia, libro titulado 'Porno'. En esta segunda parte la acción se sitúa veinte años después de los acontecimientos narrados en la original. La temática abordada en 'Trainspotting' nos puede proporcionar la excusa suficiente para estudiar el modo en el que el cine ha hablado sobre las drogas. Es variada la materia y puede abordarse desde diferentes puntos de vista. Incluso podemos acercarnos a ella desde la comedia. El debate está servido: denuncia social, elemento conductor de una trama o motivo de un giro argumental, pueden ser algunos de los posibles aspectos a desarrollar. Volviendo a nuestra película, es preciso indagar en el origen y significado de la palabra 'Trainspotting', solución que podemos encontrar si nos embarcamos en la lectura de la novela. Entre sus páginas alguien se refiere a la misma con un significado muy particular de la región: hobby británico nacido en la década de los años cuarenta cuyo adepto es un 'train spotter', un observador de trenes. Ellos anotaban informaciones y las compartían entre la comunidad fanática del sector ferroviario. En la película el sentido es doble, ya que el argot escocés nos indica que se trata de la búsqueda de la vena por la que poder inyectar la droga. Este significado tan demoledor nos adelanta unas pistas sobre lo que nos encontraremos, de golpe y forma cristalina, sin nada que pueda suavizarlo. Merece la pena acercarse a 'Trainspotting', un trabajo imprescindible del cine inglés de los noventa, impactante guion que recoge para la posteridad un conjunto de escenas delirantes y unas frases tan difíciles de olvidar como de asimilar: 'Yo elegí no elegir la vida: yo elegí otra cosa. ¿Y las razones? No hay razones. ¿Quién necesita razones cuando tienes heroína?'. -José Luis Arribas-
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