No hay herencia más rentable que un buen apellido. Eso lo sabe bien el sistema dinástico mexicano que ha visto pasar la estafeta del privilegio de una generación a otra. Los hombres de la clase política no han sido la excepción y han elegido a integrantes del mundo del espectáculo como compañeras de vida, ya sea de manera electoral o permanente, ya sea para cumplir sus aspiraciones políticas o para procrear una familia. El amor, la traición, las bodas o los funerales son los ingredientes de estas historias que pretenden emular a las monarquías europeas para perpetuar su linaje. En Dinastías del poder, Beto Tavira te lo cuenta todo.
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