Las 7 de Hoy por Hoy

Dos meses después de que la izquierda ganara las elecciones legislativas, el presidente de Francia ha nombrado como primer ministro a Michel Barnier, del Partido Republicano, el partido con menos representación de la Asamblea, de carácter conservador y cuyo nombramiento ha sido bendecido por Marine Le Pen. En España los dos grandes partidos van a intentar acordar este fin de semana sus discursos sobre financiación, aunque Isabel Díaz Ayuso ya ha marcado el paso del PP acusando a Sánchez de querer dividirlo.

Ante las críticas del PP -y también de varias federaciones socialistas- Sánchez se comprometió ayer a un nuevo modelo que dé más dinero para las comunidades en plena tormenta por el acuerdo para darle a Catalunya una financiación singular. Además, los populares se despiertan con la noticia de que la cúpula del partido durante la época de Mariano Rajoy -el propio Rajoy, Sáenz de Santamaría o Cospedal- tendrá que declarar como testigo en el juicio por el caso Kitchen para esclarecer cuánto dinero costó a las arcas públicas la trama con la que el PP utilizó incluso a la policía.

Los servicios de emergencia siguen buscando cadáveres entre los escombros de una academia militar y un hospital al este de Ucrania, en la ciudad de Poltava, bombardeada por el ejército de Putin. Hay, de momento, 51 muertos y 271 heridos. En España, un grupo numeroso de menores marroquíes han intentado cruzar a Melilla y las autoridades africanas han aumentado el despliegue de seguridad. Y la crónica política se escribe con los nombramientos de Isabel Perelló como nueva presidenta del Poder Judicial y de José Luis Escrivá como gobernador del Banco de España.

Un tribunal dedicado a los delitos de terrorismo ha ordenado esta madrugada, tras petición de la Fiscalía, el arresto de Edmundo González Urrutia. Le acusan, entre otros supuestos delitos, de usurpación de funciones, desobediencia y sabotaje. Nicolás Maduro ha dicho hace unas horas que González Urrutia no puede estar por encima de la ley. El otro gran asunto internacional sigue estando en Israel, donde a Netanyahu no sólo le crecen las críticas y el malestar en su propio país con las protestas. El gobierno del Reino Unido ha suspendido parte de la exportación de armas a Israel ante el temor de que se utilicen en Gaza.

El paro lo convocan los principales sindicatos y lo secundan la oposición, los familiares de los rehenes, y las voces más importantes de la economía en Israel, que culpan al primer ministro de la muerte de los rehenes y de bloquear un alto el fuego que terminara con las muertes en Gaza. El otro gran foco de actualidad está en Alemania después de que la ultraderecha haya ganado por primera vez unas elecciones regionales desde la Segunda Guerra Mundial.