
Mero Cristianismo (C. S. Lewis)
Podcast de Luis M Disidente
Mero cristianismo1 (traducido también como Cristianismo... ¡Y nada más!) es un libro de C. S. Lewis, adaptado de una serie de charlas realizadas en 1943 y transmitidas por la BBC mientras Lewis se encontraba en Oxford durante la Segunda Guerra Mundial. Es considerado como un clásico sobre apologética cristiana. Las transcripciones de las emisiones, con pequeños añadidos realizados por Lewis, aparecieron originalmente en tres publicaciones separadas tituladas Argumento a favor del cristianismo (publicado en 1942), Comportamiento cristiano (1943) y Más allá de la personalidad (1944).2
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En este último punto del libro, lo que se trata básicamente, es el tema sobre el cambio, el pasar de ser un criatura de Dios a ser hijo de Dios. La primera muestra de esto, nos lleva a dos mil años atrás. No todos los hombres son iguales y el convertirse en un hombre nuevo, nos traería como consecuencia perder lo que ahora llamamos “nosotros mismos”. Lo cual sería lo ideal, ya que debemos salir de nosotros y dirigirnos hacia Cristo, para así poder tener “la mente en Cristo”. Cuanto más logremos liberarnos y alejarnos del “nosotros mismos” y permitamos que El se encargue de nosotros, mas nos convertiremos en nosotros mismos. Es inútil intentar ser nosotros mismos sin Él. No lograremos obtener un autentico ser, si no entregamos nuestro ser a Cristo para que se encargue de el. Para ello, debe haber una autentica entrega del ser y Cristo nos dará ciertamente una autentica personalidad, su personalidad (Perded vuestra vida y la salvareis). Busca a ti mismo y a la larga encontrarás solo odio, soledad, desesperación, furia y ruina. Pero buscar a Cristo y lo encontrarás y con Él todo lo demás.

En este último punto del libro, lo que se trata básicamente, es el tema sobre el cambio, el pasar de ser un criatura de Dios a ser hijo de Dios. La primera muestra de esto, nos lleva a dos mil años atrás. No todos los hombres son iguales y el convertirse en un hombre nuevo, nos traería como consecuencia perder lo que ahora llamamos “nosotros mismos”. Lo cual sería lo ideal, ya que debemos salir de nosotros y dirigirnos hacia Cristo, para así poder tener “la mente en Cristo”. Cuanto más logremos liberarnos y alejarnos del “nosotros mismos” y permitamos que El se encargue de nosotros, mas nos convertiremos en nosotros mismos. Es inútil intentar ser nosotros mismos sin Él. No lograremos obtener un autentico ser, si no entregamos nuestro ser a Cristo para que se encargue de el. Para ello, debe haber una autentica entrega del ser y Cristo nos dará ciertamente una autentica personalidad, su personalidad (Perded vuestra vida y la salvareis). Busca a ti mismo y a la larga encontrarás solo odio, soledad, desesperación, furia y ruina. Pero buscar a Cristo y lo encontrarás y con Él todo lo demás.

Como bien dije en el punto anterior, Dios busca hacernos perfecto a todos y es una de las consecuencias que sufriríamos poniéndonos en sus manos. Por lo tanto aquellos que lo hagan se volverán perfecto en sabiduría, en el amor, en el gozo, en la belleza y en la inmortalidad como lo es El. Los buenos sentimientos, las nuevas perspectivas, tener mayores intereses en la religión no significan nada de nada, a menos que lo hagamos llevando a nuestro comportamiento a un nivel mucho mejor del que se encuentra. Como en toda religión, existen personas cristianas malas como también existen personas cristianas buenas, lo que no tienen nada que ver con el ser cristiano o no ya que eso depende de la persona y de nadie más. Si eres una persona buena, ten cuidado porque se espera mucho de aquellas personas a las que se les da demasiado. Sin embargo, si eres una pobre criatura, lo único que debes hacer es seguir adelante, porque Dios sabe lo que eres, por lo tanto pide que hagas lo que puedas. El mero mejoramiento no es la redención. Dios se hizo hombre para convertir a las criaturas en hijos.

Como bien dije en el punto anterior, Dios busca hacernos perfecto a todos y es una de las consecuencias que sufriríamos poniéndonos en sus manos. Por lo tanto aquellos que lo hagan se volverán perfecto en sabiduría, en el amor, en el gozo, en la belleza y en la inmortalidad como lo es El. Los buenos sentimientos, las nuevas perspectivas, tener mayores intereses en la religión no significan nada de nada, a menos que lo hagamos llevando a nuestro comportamiento a un nivel mucho mejor del que se encuentra. Como en toda religión, existen personas cristianas malas como también existen personas cristianas buenas, lo que no tienen nada que ver con el ser cristiano o no ya que eso depende de la persona y de nadie más. Si eres una persona buena, ten cuidado porque se espera mucho de aquellas personas a las que se les da demasiado. Sin embargo, si eres una pobre criatura, lo único que debes hacer es seguir adelante, porque Dios sabe lo que eres, por lo tanto pide que hagas lo que puedas. El mero mejoramiento no es la redención. Dios se hizo hombre para convertir a las criaturas en hijos.

Si le das la mano a Nuestro Señor, te tomara el codo. Docenas de personas van a Él para que las sane de un pecado en particular del que se avergüenzan o que les esta dañando la vida cotidiana. Bien, El los sanara, pero no se detendrá ahí. Puede que eso sea todo lo que pedias; pero si una vez renunciaste a Él, te va a dar el tratamiento completo. Es por eso que El advirtió a la gente que “calcularan el costo” antes de hacerse cristianos. Si nos ponemos en sus manos, no exponemos a que nos haga perfectos, sin importar el sufrimiento que nos tenga que costar en nuestra vida terrenal. Sin embargo tenemos libre albedrio, por lo que podemos echarlo. Este Ayudador que, a la larga, no se satisfará con nada menos que la perfección absoluta, también se sentirá encantado con el primer débil y vacilante esfuerzo que hagas mañana para cumplir el mas simple de los deberes. Todo padre se siente complacido con los primeros pasos de su hijo pequeño. Por lo tanto es fácil complacer a Dios, pero no satisfacerlo. La demanda de Dios por la perfección no debe desanimarte de tus intentos por ser bueno, ni siquiera por tus fracasos actuales. Cada vez que caigas, El te volverá a levantar. Tenemos que darnos cuenta que Él nos guía a la perfección absoluta. Lo importante es lo que Dios tiene intención de que fuéramos cuando nos creó. El mandamiento “Sed perfectos” quiere decir que Dios va a convertirnos en criaturas que puedan obedecer ese mandamiento. El proceso es largo y en parte muy doloroso, pero eso es lo que nos espera.
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