Marte puede esperar

Comenzamos nuestras rutas gastronómicas por la península ibérica con el director de cocina Didac Catalá i García hablando sobre los mejores obradores de España. Y hacemos un recorrido por todas las Comunidades Autónomas sobre los mejores dulces de cada una. Porque tenemos una de las gastronomías más valoradas del mundo y con mucha historia: desde Al-Andalus, con el uso de almendras en los postres; la caña de azúcar en la Edad Media; o los locales especializados en repostería refinada que se empezaron a abrir en el siglo XIX. Le dedicamos este capítulo a todos los locales de España. Tanto a los que han hecho el esfuerzo de abrir a medio gas como a los que se están sacrificando y siguen con las puertas cerradas. Porque 'todo pasa y todo queda'. Y nos veremos en los bares. Y nos volveremos a ir al mar. Al campo. Al pueblo. Al domingo con paella. A las perseidas, las horchatas y las charlas hasta la madrugada. #salvemoslahosteleria

España está viviendo un boom en el mundo de la fotografía de calle, tanto en el sector profesional como en el número de aficionados, que cada año suman más y más. Uno de los grandes descubrimientos que he hecho estos años fue durante la primera ola de la pandemia, en 2020, con el Colectivo de Fotografía A LA CALLE, @alacalle_spc en Instagram, fundado por Eduardo García, @egarciastreet, a quien entrevistamos en este capítulo. Tienes mucha más info sobre este movimiento en https://alacallecolectivo.wordpress.com/. Gracias a los integrantes del colectivo que han compartido con nosotros su definición más personal de la foto de calle, a quienes puedes escuchar al final de la entrevista con Edu. También os mencionamos 5 libros de foto de calle imprescindibles y comenzamos nueva mini-sección para hablar cada semana sobre la actualidad de Marte y los viajes espaciales.

Este capítulo va dedicado a locutores de emisoras locales, a técnicos guardando siempre silencio en la cabina, a periodistas, colaboradores, profesores... A todas esas voces que han andado alguna vez por las ondas con el ansia de comunicar que nos acaba atrapando a muchos. En el Corte de Buenas Noches comparto con vosotros unas líneas dedicadas al universo de la radio: "Siempre me gustó el sonido de aquellas radios viejunas que andaban escondidas por las estanterías de las casas del pueblo. Como si atesoraran las historias de muchas décadas de antes y después. Un poco como 'Cien años de soledad', de Gabriel García Márquez. Con sus caserones y sus mil historias. Historias de gente que coincidió en el tiempo con otras personas que definieron sus vidas. Y hoy llego a esa casa del pueblo con el mar de fondo y mi @spotify encendido mientras oigo una voz femenina, dulce, muy dulce, cantando en francés. (...) Ando esperando. A ti y al mar. A esa sintonía susurrándonos todo lo que está por llegar.".

No siempre me gusto. No siempre acierto. No siempre estoy satisfecha. No siempre sonrío y no siempre repetiría. No me gustan los universos falsos ni las mentiras. Los paralelos ya son otro tema. Son mi escondite cuando la luna se va. Los días a veces son raros o aburridos. O las dos cosas a la vez. La fastidio mil veces y mil veces volvería atrás. En este canal te enseño cosas bonitas de mis salidas, pero la realidad anda por ahí fuera. Entre mi FUJI, tú y yo.

Digas lo que digas, los lunes son bonitos. Todo empieza de nuevo. Todo se recarga, se llena de energía y vuelve a vibrar. No entiendo el concepto de "¡Arriba el viernes!", la ansiedad del domingo o el "¡Horror! ¡Es lunes!". Prefiero vivir en esta burbuja de búsqueda de buen rollo, paz y amor todos los días de la semana. Ya vendrán contrariedades sin necesidad de ir a buscarlas. Así que los lunes son bonitos con el café de primera hora. Con las ilusiones que voy tejiendo cuando mi cabeza me deja retomarlas. Poco a poco. Dulcemente. Como salen las cosas bonitas. Los lunes me encantan porque abro la ventana y sigo estando aquí. Porque respiro y me doy cuenta de que cada vez necesito menos para ser feliz. Que me sirve una sonrisa tonta, una birra contigo o un buenas noches sincero. Los lunes son bonitos desde que me prometí que iba a vivir para ser feliz.