
Homilía Diaria en FormacionCatolica.org
Podcast af Padre Miguel Martínez y otros
Con el Padre Miguel Martínez. Según el calendario litúrgico de la Iglesia Católica
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EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 3, 1-8 Había un hombre de los fariseos, llamado Nicodemo, principal entre los judíos. Vino de noche a encontrarle y le dijo: «Rabí, sabemos que has venido de parte de Dios, como maestro, porque nadie puede hacer los milagros que Tú haces, si Dios no está con él». Jesús le respondió: «En verdad, en verdad, te digo, si uno no nace de lo alto, no puede ver el reino de Dios». Nicodemo le dijo: «¿Cómo puede nacer un hombre, siendo viejo? ¿Puede acaso entrar en el seno de su madre y nacer de nuevo?». Jesús le respondió: «En verdad, en verdad, te digo, si uno no nace del agua y del espíritu, no puede entrar en el reino de los cielos. Lo nacido de la carne, es carne; y lo nacido del espíritu, es espíritu. No te admires de que te haya dicho: “Os es necesario nacer de lo alto”. El viento sopla donde quiere; tú oyes su sonido, pero no sabes de dónde viene, ni adónde va. Así acontece con todo aquel que ha nacido del espíritu». . Esta homilía apareció por primera vez aquí el 12 de Abril de 2021. [Ver todas las homilías [https://formacioncatolica.org/programas/homilia-diaria/]] [Ver todos los cursos [https://formacioncatolica.org/cursos]] [Podcast [https://formacioncatolica.org/podcast/]]

EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 20, 19-31 2° DOMINGO DE PASCUA O DE LA DIVINA MISERICORDIA A la tarde de ese mismo día, el primero de la semana, y estando, por miedo a los judíos, cerradas las puertas (de) donde se encontraban los discípulos, vino Jesús y, de pie en medio de ellos, les dijo: «¡Paz a vosotros!» Diciendo esto, les mostró sus manos y su costado; y los discípulos se llenaron de gozo, viendo al Señor. De nuevo les dijo: «¡Paz a vosotros! Como mi Padre me envió, así Yo os envío». Y dicho esto, sopló sobre ellos, y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo: a quienes perdonareis los pecados, les quedan perdonados; y a quienes se los retuviereis, quedan retenidos». Ahora bien Tomás, llamado Dídimo, uno de los Doce, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Por tanto le dijeron los otros: «Hemos visto al Señor». Él les dijo: «Si yo no veo en sus manos las marcas de los clavos, y no meto mi dedo en el lugar de los clavos, y no pongo mi mano en su costado, de ninguna manera creeré». Ocho días después, estaban nuevamente adentro sus discípulos, y Tomás con ellos. Vino Jesús, cerradas las puertas, y, de pie en medio de ellos, dijo: «¡Paz a vosotros!». Luego dijo a Tomás: «Trae acá tu dedo, mira mis manos, alarga tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo, sino creyente». Tomás respondió y le dijo: «¡Señor mío y Dios mío!» Jesús le dijo: «Porque me has visto, has creído; dichosos los que han creído sin haber visto». Otros muchos milagros obró Jesús, a la vista de sus discípulos, que no se encuentran escritos en este libro. Pero éstos han sido escritos para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y, creyendo, tengáis vida en su nombre. . Esta homilía apareció por primera vez aquí el 10 de Abril de 2021. [Ver todas las homilías [https://formacioncatolica.org/programas/homilia-diaria/]] [Ver todos los cursos [https://formacioncatolica.org/cursos]] [Podcast [https://formacioncatolica.org/podcast/]]

EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS 16, 9-15 Resucitado, pues, temprano, el primer día de la semana, se apareció primeramente a María la Magdalena, de la cual había echado siete demonios. Ella fue y lo anunció a los que habían estado con Él, que se hallaban afligidos y llorando. Pero ellos al oír que vivía y que había sido visto por ella, no creyeron. Después de estas cosas se mostró en el camino, con otra figura, a dos de ellos, que iban a una granja. Estos también fueron a anunciarlo a los demás; pero tampoco a ellos les creyeron. Por último, se les apareció a los once mientras comían y les echó en cara su falta de fe y dureza de corazón porque no habían creído a los que lo habían visto a Él resucitado de entre los muertos. Y les dijo: «Id por el mundo entero, predicad el Evangelio a toda la creación». . Esta homilía apareció por primera vez aquí el 10 de Abril de 2022. [Ver todas las homilías [https://formacioncatolica.org/programas/homilia-diaria/]] [Ver todos los cursos [https://formacioncatolica.org/cursos]] [Podcast [https://formacioncatolica.org/podcast/]]

EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 24, 35-48 Y ellos contaron lo que les había pasado en el camino, y cómo se hizo conocer de ellos en la fracción del pan. Aún estaban hablando de esto cuando Él mismo se puso en medio de ellos diciendo: «Paz a vosotros». Mas ellos, turbados y atemorizados, creían ver un espíritu. Él entonces les dijo: «¿Por qué estáis turbados? y ¿por qué se levantan dudas en vuestros corazones? Mirad mis manos y mis pies: soy Yo mismo. Palpadme y ved que un espíritu no tiene carne ni husos, como veis que Yo tengo». Y diciendo esto, les mostró sus manos y sus pies. Como aún desconfiaran, de pura alegría, y se estuvieran asombrados, les dijo: «¿Tenéis por ahí algo de comer?». Le dieron un trozo de pez asado. Lo tomó y se lo comió a la vista de ellos. Después les dijo: «Esto es aquello que Yo os decía, cuando estaba todavía con vosotros, que es necesario que todo lo que está escrito acerca de Mí en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos se cumpla». Entonces les abrió la inteligencia para que comprendiesen las Escrituras. Y les dijo: «Así estaba escrito que el Cristo sufriese y resucitase de entre los muertos al tercer día, y que se predicase, en su nombre el arrepentimiento y el perdón de los pecados a todas las naciones, comenzando por Jerusalén. Vosotros sois testigos de estas cosas». . Esta homilía apareció por primera vez aquí el 8 de Abril de 2021. [Ver todas las homilías [https://formacioncatolica.org/programas/homilia-diaria/]] [Ver todos los cursos [https://formacioncatolica.org/cursos]] [Podcast [https://formacioncatolica.org/podcast/]]

EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 24, 13-35 Y he aquí que, en aquel mismo día, dos de ellos se dirigían a una aldea, llamada Emaús, a ciento sesenta estadios de Jerusalén. E iban comentando entre sí todos estos acontecimientos. Y sucedió que, mientras ellos platicaban y discutían, Jesús mismo se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos estaban deslumbrados para que no lo conociesen. Y les dijo: «¿Qué palabras son éstas que tratáis entre vosotros andando?». Y se detuvieron con los rostros entristecidos. Uno, llamado Cleofás, le respondió: «Eres Tú el único peregrino, que estando en Jerusalén, no sabes lo que ha sucedido en ella en estos días?». Les dijo: «¿Qué cosas?» Y ellos: «Lo de Jesús el Nazareno, que fué varón profeta, poderoso en obra y palabra delante de Dios y de todo el pueblo, y cómo lo entregaron nuestros sumos sacerdotes y nuestros magistrados para ser condenado a muerte, y lo crucificaron. Nosotros, a la verdad, esperábamos que fuera Él, aquel que habría de librar a Israel. Pero, con todo, ya es el tercer día desde que sucedieron estas cosas. Y todavía más, algunas mujeres de los nuestros, nos han desconcertado, pues fueron de madrugada al sepulcro, y no habiendo encontrado su cuerpo se volvieron, diciendo también que ellas habían tenido una visión de ángeles, los que dicen que Él está vivo. Algunos de los que están con nosotros han ido al sepulcro, y han encontrado las cosas como las mujeres habían dicho; pero a Él no lo han visto». Entonces les dijo: «¡Oh hombres sin inteligencia y tardos de corazón para creer todo lo que han dicho los profetas! ¿No era necesario que el Cristo sufriese así para entrar en su gloria?». Y comenzando por Moisés, y por todos los profetas, les hizo hermenéutica de lo que en todas las Escrituras había acerca de Él. Se aproximaron a la aldea a donde iban, y Él hizo ademán de ir más lejos. Pero ellos le hicieron fuerza, diciendo: «Quédate con nosotros, porque es tarde, y ya ha declinado el día». Y entró para quedarse con ellos. Y estando con ellos a la mesa, tomó el pan, lo bendijo, lo partió y les dio. Entonces los ojos de ellos fueron abiertos y lo reconocieron; mas Él desapareció de su vista. Y se dijeron uno a otro: «¿No es verdad que nuestro corazón estaba ardiendo dentro de nosotros, mientras nos hablaba en el camino, mientras nos abría las Escrituras?». Y levantándose en aquella misma hora, se volvieron a Jerusalén y encontraron reunidos a los Once y a los demás, los cuales dijeron: «Realmente resucitó el Señor y se ha aparecido a Simón». Y ellos contaron lo que les había pasado en el camino, y cómo se hizo conocer de ellos en la fracción del pan. . Esta homilía apareció por primera vez aquí el 12 de Abril de 2023 [Ver todas las homilías [https://formacioncatolica.org/programas/homilia-diaria/]] [Ver todos los cursos [https://formacioncatolica.org/cursos]] [Podcast [https://formacioncatolica.org/podcast/]]
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