Está bien no estar bien. Laura Escanes y Cristina Pedroche en Entre el cielo y las nubes

En este episodio hablan con mayor peso, de madre a madre, sobre su estado mental después de traer al mundo a sus hijas en estos últimos años y lo que ha supuesto ser el foco mediático a lo largo de estos años, siendo los últimos los más polémicos. Vemos una entrevista diferente al resto por su intensa sinceridad del miedo y ese apoyo mutuo entre dos mujeres que quieren vivir su vida alejada de los medios de comunicación, pero qué, por motivos de trabajo y exposición pública esto se ve cada vez más alejado. 

“Al segundo día de dar a luz escuché unas voces poniéndome verde a mí, a mi marido y a mi hija en la puerta de la habitación. Me sentí tan vulnerable y frágil que pensé: ‘Si yo me estoy sintiendo así y tengo que proteger a mi hija, esto está mal’, yo ya sabía que quería proteger la identidad de mi hija y que esté fuera del foco mediático. Si alguna vez decide ser famosa y trabajar en la tele, no podré hacer nada, pero yo no quiero exponer a mi hija, pero es que ese día lo vi clarísimo”, Cristina Pedroche 

Conversan largo y tendido del cuidado de ciertos gestos, palabras y justificaciones. Es esa misma presión frente a los medios la que hace que constantemente tenga que dar explicaciones para evitar polémicas o malas interpretaciones y que hace que no se sienta segura de exponer sus propios pensamientos u opiniones. “Ahora cuando salga de esta entrevista, de camino a mi casa estaré pensando en que esto no lo tendría que haber dicho ni lo otro tampoco’’ comenta Cristina.

A mediados de la entrevista escuchamos del momento “Inside out’’, es decir, el momento de validar las emociones llevando esta práctica más interna que externamente, y es que coinciden en la falta de empatía de la sociedad a la hora en la que dicha sociedad juzga. O bien por la forma de vestir, de actuar, de pensar o de un momento tan bonito, íntimo, personal e intransferible como lo es el parto. Así mismo Pedroche habla de la inexistencia de motivos para justificar las ganas de llorar en ciertos momentos, ninguno relacionados con su hija le explica a Laura pero sí los inexplicables momentos por el cuál comienza a llorar sin motivo aparente. Ella explica que ahora no esta bien, qué está "blandita'' ante cualquier mal comentario o situación.

 “Yo me levantaba por las mañanas y ya estaba llorando, hoy en día me sigue pasando, no tanto, pero a veces lloro. Es verdad que ahora las lágrimas tienen más un porqué, antes no lo sabía. Fui al psiquiatra y me dijo que no lo tenía, que se me habían juntado los miedos. No podía salir ni a la calle y de eso me di cuenta cuando nos fuimos los tres a Singapur y podía sacar a la niña perfectamente, podíamos estar los tres haciendo el tonto, y me di cuenta de que mi problema era con la exposición mediática”