Inteligencia Espiritual

Unas máscaras nos hacen sentir más aliviados en apariencia, pero es únicamente reconociéndolas, que esas estructuras artificiales se deshacen. Las justificaciones solo retrasan el paso de decidir lo que realmente queremos. Tenemos siempre la opción de ser nosotros mismos si detectamos nuestros propios engaños. Mantén la confianza, pues el control universal lo tiene el Amor, y las lecciones que recibimos están siendo dirigidas desde ese mismo Amor. Necesitamos esta profundidad de conciencia.

El ser humano busca fama, distinción, prestigio social, seguidores y cuerpos hermosos, sin embargo, al emprender procesos internos de conciencia encuentra mayor plenitud. Progreso implica tomar algo más elevado dejando lo anterior completamente. El apego a lo espiritual también es apego, pero este apego libera a la mente. El apego es inherente a nuestra naturaleza mental, el secreto estriba en que el objeto del apego no sea temporal sino trascendente y eterno. Esto llevará a dicha mente a desprenderse de lo innecesario y evocar todo su potencial de éxtasis latente.

La persona que fuerza la espiritualidad en su vida está activando el ego espiritual, busca respetar pero se duele cuando no le dan respeto. La modalidad de la bondad tiene este inconveniente, el orgullo, el individualismo que facilita el ego espiritual y el deseo de ser importante; por el contrario, la meta del alma es servir y ser para Dios. Debemos reconocer con una actitud sincera nuestras acciones pasadas pidiendo perdón para así liberarnos de las reacciones que puedan venir. No importa si nos quitan la dignidad, el deshacimiento del ego está en proceso.

Es difícil aceptar que no sabemos amar, que estamos aprendiendo a amar, ya que normalmente lo confundimos con los deseos y los apegos. El ser humano vivencia un mundo de miedo, vanidad y orgullo, cuando se aparta del amor incondicional el cual no está bajo su control, pues pertenece a una energía superior. Pero si permitimos que el amor nos use como instrumento de su misión, estaríamos rindiendo así la vida del ego. Meditar, perdonar e invocar ese amor nos va a permitir que dejemos de sufrir, pues sufre el que no sabe amar.

Ante un problema que te sobrepasa no quieres pedir ayuda o puede que no sepas buscar ayuda, quizás hay miedo, vergüenza. Nuestras máscaras buscan agradar o manipular pero es importante ser uno mismo para ser coherente. Si quieres ser feliz busca personas felices y pregúntales cómo lo hacen. Necesitamos la guía de personas expertas y ser honestos para contactar con una realidad humana pura y sabia que nos ilumine el camino.