No hay negros en el Tíbet

Bienvenides al episodio 52 de “No hay negros en el Tíbet”, último de otra apasionante, divertida e interesante temporada, ¡la sexta ya!, que cerramos con uno de los MC's de Madrid que más resuena, con sangre nigeriana en sus venas, nacido en Vallecas y criado en Villaverde (Madrid). Nos visita Eghosa Robert Osahob Eke, para algunos Bobby Nigeria, aunque hoy es conocido realmente como Ergo Pro. Un músico que tiene rimas, tiene barras, tiene valores de lucha, hermandad, antirracismo, calle... ¡y mucho hip hop!  Ergo habla con franqueza en esta entrevista, “la primera que me hace una persona negra”, en la que comparte anécdotas de su vida en un barrio mayoritariamente de población latina, y participa en un curioso bloque colectivo final de "cosas de nuestras madres". A nosotres nos parece un cierre de temporada por todo lo alto, agradeciéndote que nos hayas acompañado diez episodios más. Gracias de parte de Frank T, Asaari Bibang, Lamine Thior y todo el equipo del pódcast, Chevi Dorado en la producción, Bea Polo en vídeo, Alejandro Fernández en audio, y Paula Lara en las redes. Hasta pronto en el Tíbet.

Visitan el Tíbet dos invitadas muy especiales, Asha Ismail y Hayat Traspas, madre e hija respectivamente. La historia que nos cuentan empieza en Kenia, país de origen de Asha, con parada en Somalia antes de llegar a España. Una historia que cambió el día que, con 5 años, rodeada por las mujeres de su familia, sufrió mutilación genital femenina, una práctica que persiste en casi un centenar de países, no solo africanos. Obligada a casarse a los 19 años, en Somalia dio a luz una hija no deseada, Hayat, hoy inspiración de su lucha contra aquella violencia invisible sufrida en la infancia. Una lucha que comparten desde la ONG "Save a Girl, Save a Generation" [https://www.saveagirlsaveageneration.org/en/home/] fundada en España por Asha para acabar con la mutilación genital femenina y el matrimonio forzado.  Nunca se sabe bien cómo, pero, a pesar de la crudeza del relato, Asha consigue junto a su hija Hayat entrar en la dinámica de humor, sarcasmo y “locura” de los anfitriones.

Al ser un episodio redondo (¡50 ya!) no podía ser de otra manera y hoy visita el Tíbet una gran artista, actriz entre muchas otras cosas, una personalidad que prácticamente no necesita presentación y que se ha atrevido a venir a la mesa de NO HAY NEGROS EN EL TíBET a reir, a contar anécdotas como la estrella que es, a reflexionar y a debatir cuestiones que podrían llegar a ser incómodas. Sin duda, una de las grandes: Rossy de Palma. ¡Bienvenida al Tíbet!

En este capítulo recibimos la visita de un comediante afrodescendiente, nacido en Caracas (Venezuela) pero residente en Buenos Aires, detalle importante en esta descripción ya que marca buena parte del contenido de la conversación. Su nombre es CESAR ARAMIS y el de su manager Pablo Andrés Moracci... ¿que por qué ponemos esto? porque es un detalle importante para entender algunas cosas "raras" que ocurren en el episodio, bueno, ¡como en todos! 😅 Sus monólogos hablan de su vida, se basan en anécdotas, traumas y conflictos sociales vividos, que pone sobre la mesa a través de la risa, y analizar y, ¿por qué no? intentar solucionarlos. Todo con humor y ritmo muy particulares.

La invitada en esta ocasión es Zineb Rimi, exjugadora marroquí de baloncesto que llegó a vestir la camiseta de la selección nacional de Marruecos, en la actualidad entrenadora en España. La reciben en el Tíbet Frank T y Lamine Thior Zined Rimi nos cuenta cómo nació su amor por este deporte. Todo empezó en Casablanca. Zineb nació en el seno de una familia musulmana tradicional, lo que dificultó sus primeros pasos bajo los aros, al considerarse una actividad destinada a los hombres. Ella perseveró y llegó a jugar en la selección nacional absoluta de Marruecos, con la que recorrió buena parte del planeta.   Hablamos de su llegada a España, a Petrer (Alicante) localidad donde nacieron sus dos hijos, de las dificultades laborales y personales que tuvo hasta llegar a ser la gran entrenadora que es hoy, y de los logros que ha ido sumando. Una experiencia de vida que cuenta en su libro "Más allá del juego. Cómo una pelota naranja une el mundo", y que nos presenta ahora en el Tíbet.