
Audio Devocional "Crezcamos de Fe en Fe" - Ministerios Kenneth Copeland
Podkast av Kenneth y Gloria Copeland
Recibe una palabra de ánimo... una palabra de inspiración... una palabra de fe... ¡todos los días del año! El devocional Crezcamos de Fe en Fe, escrito por Kenneth y Gloria Copeland, aborda temas de la vida diaria como resultados de la experiencia propia. Se trata de las luchas que enfrentas a diario, luchas contra el cansancio, la irritación, los hijos, las finanzas, etc. Kenneth y Gloria Copeland te enseñarán cómo obtener la victoria, basados en La Palabra.
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«La voluntad de Dios es que ustedes practiquen el bien, para que así hagan callar la ignorancia de la gente insensata» (1 Pedro 2:15) Sé por experiencia personal que cuando la gente comienza a criticar y a perseguirte porque vives por fe, tu reacción humana y natural es contraatacar. Es fácil querer pagar con la misma moneda. Puedes pensar: “Bueno, a lo mejor si prueban un poco de su propia medicina, dejarán de estar criticando y hablando de los demás”. ¿Pero sabes qué? No lo harán. Tus palabras simplemente añadirán combustible al fuego; te criticarán y alzarán la voz con mayor ahínco. Sin embargo, según la Palabra de Dios, existe una manera para callarlos. No se trata de discutirles. Tampoco lo harás si te defiendes. Debes guardar silencio y seguir haciendo las buenas obras que Dios te ha llamado a hacer. Jesús fue muy criticado por los religiosos de Su época. Sin embargo, Él nunca se defendió. En su lugar, Hechos 10:38 nos dice que continuó haciendo el bien. Cuando la gente comience a ridiculizarte por llevar una vida de fe, se cómo Jesús: sigue bendiciendo a la gente, sigue orando por las personas que son oprimidas por el diablo y libéralas. Sigue imponiendo tus manos sobre los enfermos y sánalos. Continúa haciendo lo que Dios te ha llamado a hacer. Eso molestará al diablo porque su propósito principal es el de anular tu eficiencia en el reino de Dios. Satanás quiere que participes de las críticas. Quiere distraerte para desviar tu atención del trabajo que Dios te ha encomendado. El diablo realmente quiere que te rindas. ¡No lo hagas! En su lugar, sigue las instrucciones de 2 Timoteo 3:14: «Tú, por tu parte, persiste en lo que has aprendido y en lo que te persuadiste, pues sabes de quién has aprendido». Continúa haciendo el bien y viviendo por fe para hacer callar las críticas de las personas ignorantes. Y cuando se hayan desvanecido todas esas palabras insensatas, tu todavía estarás de pie, firme. Lectura bíblica: Lucas 23:1-9 © 1997 – 2019 Eagle Mountain International Church Inc., también conocida como Ministerios Kenneth Copeland / Kenneth Copeland Ministries. Todos los derechos reservados.

«Cuando ustedes hayan cruzado el Jordán y entren en la tierra de Canaán, deben desalojar de su presencia a todos los habitantes del país, expulsarán a los que habitan la tierra, y habitarán en ella, porque yo se la he dado a ustedes en propiedad» (Números 33:51-53) Dios te ha dado una Tierra Prometida. Es un lugar donde fluye leche y miel, donde todo lo que necesitas será suplido. Un lugar donde puedes mantener al pecado debajo de tus pies mientras gobiernas y reinas con Cristo. Un lugar donde ningún arma forjada contra ti prosperará. Un lugar donde puedes sentarte con Cristo en lugares celestiales, sobre principados y potestades, —lejos de la opresión—. Al estudiar la Palabra de Dios, descubrirás que ésa es una descripción precisa de la clase de victoria que deberías experimentar en Cristo; no después de tu muerte, sino aquí y ahora. Quizás digas: “Sí, me parece una gran teoría, pero aquí sigo en la lucha diaria. El arriendo mensual ya venció y todo lo que veo es enfermedad, opresión y temor. Esto no se parece en nada a una Tierra Prometida”. Eso te sucede porque ¡todavía sigues permitiendo que el diablo viva allí! Sabes, él no recogerá las cosas y se irá sólo porque Dios te ha prometido la victoria. Tienes que echarlo fuera. Pero no dejes que ese pensamiento te atemorice. Dios te ha dado el poder para hacerlo. ¿Recuerdas lo que dijo Jesús?: «Miren que yo les he dado a ustedes poder para aplastar serpientes y escorpiones, y para vencer a todo el poder del enemigo, sin que nada los dañe» (Lucas 10:19). Es más, ¡el diablo ha sido totalmente desarmado! En Colosenses 2:15, dice: “[Dios] desarmó a los poderes y a las potestades que estaban en nuestra contra, e hizo una valiente demostración exhibiéndolos públicamente, triunfando sobre ellos en…[la cruz]” (AMP). No tienes razón alguna para sentirte intimidado por el diablo. Jesús lo derrotó y lo inhabilitó mediante Su muerte y resurrección. El diablo no puede derrotarte a menos que lo dejes. Todo lo que el diablo puede hacer es lanzarte amenazas sin ninguna clase de fundamento. Pero ¡ten cuidado! Esas amenazas pueden detenerte bruscamente si las crees. Así que no lo hagas. En lugar de eso, cree en la Palabra de Dios. Usa la Palabra y el Nombre de Jesús para echar fuera al diablo hasta de las cosas más pequeñas de Tu vida. No le permitas quedarse en tu territorio. Oblígalo a preparar sus maletas y largarse. Es hora de que poseas tu Tierra Prometida. Lectura bíblica: Marcos 16:17-18 y Santiago 5:7-9 © 1997 – 2019 Eagle Mountain International Church Inc., también conocida como Ministerios Kenneth Copeland / Kenneth Copeland Ministries. Todos los derechos reservados.

«Cristo nos redimió de la maldición de la ley, y por nosotros se hizo maldición (porque está escrito: «Maldito todo el que es colgado en un madero»)» (Gálatas 3:13) Tú ya sabes lo que pasó: Satanás, en forma de serpiente, se le acercó a la esposa de Adán y la engañó para que desobedeciera a Dios. Aunque Adán no fue engañado, hizo lo mismo que ella. Ese día, cuando Satanás vino al huerto, no tenía ningún poder. Tuvo que entrar sigilosamente, sin hablar de manera directa con Adán, sino con su esposa. Adán estaba allí, y debió haberlo echado fuera. Pero no lo hizo. En vez de eso, desechó el mandato que Dios le había dado y obedeció a Satanás; y cuando lo hizo, Satanás se convirtió en su señor. Al doblar su rodilla ante Satanás, Adán le otorgó la autoridad que Dios le había conferido al hombre. Él hizo a Satanás el gobernador ilegítimo de la Tierra. Las cosas cambiaron de inmediato. El pecado entró al mundo por un hombre, y por el pecado, la muerte; así la muerte pasó a todos los hombres (Romanos 5:12). De repente, la Tierra y todo lo que había en ella fueron malditos. Quizás digas: “Entiendo. ¿Vamos a vivir bajo esa maldición el resto de nuestra vida? ¿No había nada que Dios pudiera hacer?” ¡Sí lo había, y lo hizo! Él envió a Jesús. Gracias a Jesucristo Dios nos libró de la maldición (Gálatas 3:13). Tú fuiste rescatado del señorío de Satanás en el momento en que hiciste a Jesucristo el Señor de tu vida. Fuiste redimido de la maldición. No dije que la maldición ya no está allí afuera. De hecho, lo está. Puedes verla a tu alrededor. Pero ahora tienes una opción. Posees autoridad sobre ella en el nombre de Jesús, y puedes resistirla. Dios ya ha hecho todo lo que el amor puede hacer. Envió a Jesús para redimirte de la maldición. El resto está en tus manos. Ahora debes apropiarte de lo que ha sido creado para ti. Lectura bíblica: Romanos 5:12-21 © 1997 – 2019 Eagle Mountain International Church Inc., también conocida como Ministerios Kenneth Copeland / Kenneth Copeland Ministries. Todos los derechos reservados.

«No sean, pues, insensatos; procuren entender cuál es la voluntad del Señor» (Efesios 5:17) Muchos creyentes se retuercen las manos y se preocupan por saber si están orando de acuerdo con la voluntad de Dios. “¡Qué lástima! —dicen—, ciertamente no puedo esperar a que Dios haga algo por mí que esté fuera de Su voluntad”. Y están absolutamente en lo correcto. Pero no necesitan perder el tiempo andando por ahí confundidos. Necesitan tomar su Biblia y descubrir cuál es la voluntad de Dios. Dios ha hecho algunas promesas muy claras en Su Palabra, y Su voluntad es cumplir cada una de ellas en tu vida. De hecho, esas promesas están divinamente garantizadas por un contrato que ha sido firmado con la Sangre de Jesucristo. Piénsalo de esta manera: tu Biblia es el testamento y voluntad final de Jesucristo. Es un registro de la herencia que te pertenece. Todo lo que es tuyo ha sido registrado en ese libro, y si eres inteligente, escudriñarás lo que hay en él. No lo dejes sobre la mesa para que luego clamar: “¡Oh, Dios! ¡Oh, Dios! Estoy buscando la verdad”. Toma tu Biblia y busca en ella lo que te pertenece. Date cuenta de lo que necesitas hacer para actuar conforme a la voluntad de Dios. La mayoría de las personas no lo hacen. Por el contrario, tratan de cambiar a Dios. Siguen tratando de convencerlo de cuán heridas se sienten o de cuán pobres son. Rogarán, suplicarán, adularán a Dios y actuarán siempre como si tuvieran que cambiar de algún modo la forma de pensar de Dios acerca de la situación. Esas personas se van a quedar esperando por mucho tiempo. Dios nunca cambiará. Las Escrituras declaran que Él es el mismo ayer, hoy, y por los siglos. Su voluntad también lo es. Así que no pierdas tu tiempo preguntándote si estás orando conforme a la voluntad de Dios. Toma tu Biblia y fundamenta tus oraciones en la Palabra. ¡Entonces podrás estar seguro de que la respuesta está en camino! Lectura bíblica: Proverbios 2:1-12 © 1997 – 2019 Eagle Mountain International Church Inc., también conocida como Ministerios Kenneth Copeland / Kenneth Copeland Ministries. Todos los derechos reservados.

«Y ésta es la confianza que tenemos en él: si pedimos algo según su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, también sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho» (1 Juan 5:14-15) ¿Alguna vez has estado en oración y de repente te ha perturbado la idea de que Dios no está escuchando? Esto nos ha sucedido a todos. Pero pocos sabemos realmente qué hacer. Oramos de manera inconstante, diciendo las mismas oraciones de siempre y esperamos con incertidumbre que sean contestadas, al tiempo que sospechamos con cierta certeza que no lo serán. Hoy quiero mostrarte cómo resolver ese dilema de una vez por todas. Pero déjame advertirte: no voy a darte una palmadita en la espalda, asegurándote que Dios escuchará cualquier cosa indecisa, dudosa o egoísta que le digas. No lo hará. Él sólo ha prometido escuchar las oraciones que se hacen conforme a Su voluntad. El apóstol Juan nos revela que si oras de esa manera, puedes estar seguro de que recibirás la respuesta a las peticiones que hayas hecho a Dios. La palabra petición se define como “una solicitud formal escrita y dirigida a un soberano sobre una gracia o derecho en particular”; y eso es exactamente lo que necesitas cuando oras por algo serio. ¿Cómo se prepara una petición sólida que esté de acuerdo con la voluntad de Dios? Primero: escudriña la Palabra de Dios. Busca pasajes bíblicos que se apliquen a tu situación y úsalos como la base de tu petición. Luego, arrodíllate y consúltale al Espíritu Santo. Deja que Él te ayude a presentar tu petición en forma detallada. La mejor manera de hacerlo es invertir tiempo orando en otras lenguas (Romanos 8:26-27). Espera que Dios te muestre cosas “de Su corazón a tu corazón”. Él quiere que conozcas Su voluntad. Por lo tanto, ¡pon atención cuando estés orando! Por último, escríbelo. Haz una petición formal escrita, anotando cada pasaje que encuentres. Además, al esperar que el Espíritu Santo te dé los detalles, anota todas las ideas y pensamientos que Él te muestre. Tómate el tiempo necesario. Deja que el Espíritu sea quien elabore tu oración. Trata de asimilar la verdad que te está revelando y espera a que ésta actúe en ti. Afirma la petición en tu mente y cuando estés preparado, preséntasela a Dios. Créeme: Él estará escuchando. Lectura bíblica: 1 Juan 5:1-15 © 1997 – 2019 Eagle Mountain International Church Inc., también conocida como Ministerios Kenneth Copeland / Kenneth Copeland Ministries. Todos los derechos reservados.
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