MASCULINIDADES IGUALITARIAS

En Realismo capitalista, Mark Fisher se refiere, entre otros temas, a la privatización del estrés. Suele adjudicarse este padecimiento a cuestiones interiores propias de la persona que lo sufre y no causado por las condiciones de vida social y económica. Este tipo de abordaje, que responsabiliza a las personas por sus padecimientos, puede verse por ejemplo en el tratamiento que suele darse a la depresión, a los problemas de salud mental en general. Esta privatización del problema puede verse también en el ejercicio de la violencia. Música: Pixabay.

Estas dos palabras a menudo se usan indistintamente, pero en realidad representan actitudes muy diferentes. La tolerancia se trata de soportar algo que uno no aprueba necesariamente. Implica permitir algo a regañadientes o con reservas. La tolerancia a menudo viene con juicios y estereotipos. Se trata de permitir la existencia de algo que se ve como "otro". Música: Pixabay.

Los miedos se generan cuando intentamos cumplir los mandatos del modelo de masculinidad dominante y son la prueba más cabal acerca de cómo el puñado de ideas que elegimos sostener y reproducir puede afectar nuestra salud mental, nuestra calidad de vida. Los pensamientos impactan en nuestras emociones y nuestras emociones impactan en nuestras acciones. Música: Pixabay.

El sexismo inverso es una idea que ha ido cobrando cada vez más relevancia en el debate público en torno a la equidad de género. Se trata de una falacia que pretende presentar al sector oprimido, en este caso las mujeres e identidades feminizadas, como si se tratara de un grupo irracional e injusto, negando así la existencia de una desigualdad histórica que se manifiesta en diversos ámbitos de la vida. Música: Pixabay.

El machismo se lleva muy bien con el discurso meritocrático, porque quienes compran el discurso de la meritocracia en general ocupan lugares de privilegio y se perciben a sí mismos como “individuos” y por eso mismo les cuesta tanto ver el entramado social de desigualdad, les resulta muy difícil pensar en términos comunitarios. Los varones educados dentro de las coordenadas de la masculinidad clásica aprendimos a proyectar y sostener una imagen externa. Fuerza, seriedad, racionalidad para algunas cosas (toma de decisiones, etc), furia y violencia para otras (justificadas por la mirada del sentido común: tenía la pollera muy corta, lo provocó, etc). Esta imagen exterior, forjada con tanta dedicación y cuidado, requiere de una atención constante acerca de cómo la perciben las demás personas, más que nada otros varones cuya opinión validaría nuestra existencia. Exactamente así funciona el ego. MÚSICA: HIGH TIDE - PIXABAY