Looking for an Exit

All about stars What are stars made of? They are enormous balls of hydrogen and helium, and they are extraordinarily hot. But not all stars are the same. If you look closely, some are quite red, like Betelgeuse, and others are blue, like Rigel. Blue stars are the hottest, red stars are a little bit cooler. Stars do not live for ever. New stars are made all the time, and old stars die, in the most amazing ways. In every galaxy, there are large clouds of gas, called nebulae. Inside these nebulae, new stars are born. There are small stars, middle-sized stars, and very large stars. Some of these large stars are a hundred times bigger than our Sun.

Obtener el fruto del Espíritu es un proceso continuo: Algo en mí debe morir, para dar lugar a la naturaleza divina. En la medida en la que voy "muriendo" tendré mejores pensamientos, expresaré mejores palabras, realizaré mejores acciones y llegaré de este modo a ser más justo y santo. (2 Pedro 1:3-9) Lo mismo ocurre con el amor, el gozo, la paz, la paciencia, y los otros frutos del Espíritu. Esto es un trabajo de por vida. Siempre hay más naturaleza divina por la cual trabajar. Necesitamos tener constantemente este anhelo y deseo ardiente en nuestros corazones, "¡Necesito obtener más de los frutos del Espíritu!" "¡Necesito estar lleno de la naturaleza divina!"

A pesar de que la palabra talento en esta historia hace referencia a una moneda que representa una gran suma de dinero, nada impide que extendamos su significado a cualquier otra esfera de la vida. Es interesante leer la historia utilizando el significado actual de la palabra talento (aptitud; capacidad para el desempeño o ejercicio de una ocupación).

Vemos que Dios no desea que sus hijos “beban leche” solamente, sino que aprendan a “comer carne”. La idea es que todo el que se contenta nada más que con los rudimentos de la fe es como el que solo “bebe leche”, mientras que aquel que procura robustecer su fe y profundizar en el conocimiento del Señor y de la vida cristiana es el que “come carne”.

La verdad es que no es fácil ser un buen padre; sin embargo, existen principios básicos de gran utilidad. Muchos hombres han hallado que los sabios consejos de la Biblia los han beneficiado enormemente tanto a ellos como a sus familias.