Ignacio Varela, primer invitado en 'Sintonías infrecuentes', el podcast de Felipe González
El concepto de liderazgo y los caudillismos populistas protagonizan el episodio número 1 del podcast ‘Sintonías infrecuentes’ que puedes escuchar en exclusiva en Podimo. En él, el expresidente del Gobierno Felipe González vuelve para sumergirse de lleno en el mundo interior de la política para llegar a todo tipo de audiencias.
En una charla con el consultor y analista Ignacio Varela, ambos reflexionan sobre las características que debe tener el líder político, su relación con las instituciones y la importancia de una emergente figura femenina. Además, Felipe González también repasa parte de su mandato como presidente de España, en el que se encuentra el polémico referéndum sobre la permanencia del país en la OTAN.
El líder político
El expresidente del Gobierno comenta en el comienzo de la charla que durante su mandato nunca se llegó a preguntar en qué consistía el liderazgo, pero que a lo largo del tiempo sí ha visto que se dan características que son indispensables para aquel que lo ejerce.
Felipe González separa la figura del líder, por un lado, de aquel que ejerce el poder a través del Boletín Oficial del Estado y, por otro, del que se mide por su lado humano, por el qué y por cómo toma las decisiones: “Dime cómo reaccionas por ejemplo cuando te están llamando a las 12 de la noche y ha habido una inundación o un atentado”, aclara.
“A veces lo importante es cómo tomas las decisiones en un momento en el que te entra una información de alta gravedad”
Y es que para González es en torno a la propia persona sobre quien se forma el líder político y no al contrario, y es este el que debe decidir no mirar sobre su propio beneficio, a la vez que destaca que debe tener el menor carácter mercenario posible: “Yo no pido un proyecto para mí ni para mantenerme en el poder, yo pido un proyecto que sirva a los ciudadanos”, declara.
Una confianza del propio líder para con el pueblo, que sostiene González, debe ser capaz de transmitir al conjunto de la ciudadanía además de hacerse cargo de su estado de ánimo. “No me interesa tener a un ministro de Economía que sepa menos que yo, me interesa que tenga la confianza de que sabe mucho de la materia”, ejemplifica. Dentro de esa confianza para Felipe González tiene cabida la duda y señala que una de las principales características del líder es no trasladar esas mismas dudas a la sociedad: “Son legítimas, pero un líder no puede transmitir incertidumbre”.
Asimismo, Ignacio Varela y Felipe González han querido ahondar en la importancia de la figura femenina, clave en el presente y futuro de la política. En la actualidad tan solo hay 12 países en el mundo gobernados por mujeres y en su mayoría han obtenido la mejor nota frente a la pandemia, algo de lo que están de acuerdo, no es casualidad.
“En términos generales la mujer está más cerca de la vida de cada ciudadano y de la realidad, se mira mucho menos al espejo que los tipos”, aclara el expresidente.
Liderazgo vs Caudillismo
El exlíder socialista continúa conversando junto a Ignacio Varela sobre la grave crisis actual que existe en la política, de la que afirma, va acompañada de una evidente crisis de liderazgo para gobernar la democracia.
En esta línea Felipe González ha señalado a los caudillismos populistas como la principal oposición a esa crisis de liderazgo democrático: “Ese caudillismo siempre termina en lo mismo. Es que yo represento directamente al pueblo y termina diciendo el pueblo soy yo”.
“La democracia representativa, que no tiene la culpa del fracaso en la política, a veces prefiere entregarse en manos de un caudillo”
González resta importancia a la representación de ese tipo de caudillismo populista al igual que a sus signos o banderas “sean de un color o de otro”, ya que “se contrapone realmente al liderazgo y sobrepasa el respeto institucional”, dice.
Por otro lado, el expresidente destaca uno de los principales peligros de estos caudillismos como es el uso de la palabra libertad: “Nunca se refieren a la libertad de los otros, sino la libertad de ellos frente a lo que sea los otros”. “Nunca hay una totalidad de la sociedad que deposite su confianza en un líder, eso niega la esencia misma de la pluralidad de ideas”, finaliza.
Una situación que extrapola a la actualidad política española, en la que destaca una ausencia de liderazgo desde el respeto institucional y desde la centralidad de gobernar para todos: “Cuando alguien introduce un minuto de realidad en el debate parlamentario suena completamente anómalo, incluso los diputados se sorprenden”.
Libertad individual en el espacio público
Felipe González no ha querido dejar pasar la extraordinaria situación que ha dejado la pandemia provocada por el coronavirus en lo que se refiere a la implantación de medidas frente a las libertades individuales.
Son muchos ciudadanos los que durante el estado de alarma se han servido de él para criticar la falta de libertad individual en el espacio público, algo que comparte González: “Violentamos por razones excepcionales derechos que son fundamentales y que son derechos de la persona, pues los derechos no son colectivos ni se exigen colectivamente”, aclara.
Situaciones pandémicas, remarca el expresidente, que por otro lado son extraordinarias y que “se justifican en situaciones de absoluta necesidad”.
“Hemos hecho una inmensa cantidad de normas, decretos y leyes que muchas veces da la impresión de que aprovechamos el momento de la pandemia”
Una situación de la que advierte Felipe González si habría que aprovecharse para revisar todas aquellas leyes y decretos “que tienen que quedarse en el Ordenamiento Jurídico y dejar atrás lo que se ha colado en situación de necesidad”.
El Felipe González de 1982
El sevillano, secretario general del Partido Socialista durante 25 años y presidente del gobierno entre 1982 y 1996, también ha repasado en el episodio 1 de ‘Sintonías infrecuentes’ algunos de los momentos más difíciles de su mandato.
Felipe González recogía el legado del gobierno de Calvo Sotelo tras presentar un proyecto de país que buscaba consolidar la democracia, modernizar España y la inclusión en la Unión Europea.
“Aquello conectaba con una demanda mayoritaria y era objetivamente lo que necesitaba el país”.
Un proyecto al que primeramente tuvo que hacer frente dentro del propio partido: “La gente quedaba bien diciendo que teníamos que hacer un debate de ideas y yo decía: tú vas a poner la primera encima de la mesa”, y es que el propio expresidente considera que por entonces la gente le respetaba más que le votaba.
Felipe González reconoce el referéndum de 1986 sobre la permanencia de España en la OTAN como uno de los momentos políticos más complicados que ha vivido. Muchos vieron peligrar ese proyecto de país por el cumplimiento de una sola promesa electoral: “Hay dos tipos de compromisos, los que se desarrollan en el mandato y otros que solo dependen de un solo acto de voluntad como firmar un decreto de convocatoria a un referéndum, en eso estaba yo atrapado”, aclara.
“Cuando tienes que tomar una decisión la tomas bajo tu responsabilidad. Esa es la soledad del poder y es durísima, es lo que más desgasta”.
Unos difíciles momentos en los que el Secretario General sí se vio arropado por su partido, algo que considera “fue clave” para terminar la legislatura. A pesar de ello, destaca Felipe González, nunca puso al partido por encima del país, como señala, si ocurre en la actualidad: “Ahora la máxima preocupación de los líderes es tener en un puño a sus partidos mucho antes que dirigirse a la sociedad”.
“En política, como en la vida, no es raro meter la pata, lo que es raro es que el que mete la pata no la saque rápido”
El que fuera jefe del ejecutivo socialista ha querido compartir también una de las autocríticas que siempre le ha acompañado: la de preparar su propia sustitución y crear nuevos líderes. Felipe González ha señalado el salto generacional como uno de los grandes rompecabezas de la actual política y algo que dice: “ellos no han sabido hacer”. “Hemos vivido a saltos y tampoco sé cual es la solución fácil”, finalizaba.
“El bote se gobierna con millones de votos y se vive con el afecto y el crédito que te dan tus verdaderos amigos y tu familia. Vivir sin vivir, sin afecto de nadie, debe ser complicadísimo”, concluye el expresidente.
Disfruta ya del episodio completo, en exclusiva, en Podimo.