Cuentos con moraleja

Cuentos con moraleja

Podcast af Borja Girón

Begrænset tilbud

1 måned kun 9 kr.

Derefter 99 kr. / månedIngen binding.

Phone screen with podimo app open surrounded by emojis

Mere end 1 million lyttere

Du vil elske Podimo, og du er ikke alene

Bedømt til 4,7 stjerner i App Store

Læs mere Cuentos con moraleja

Cuentos cortos para niños con moraleja para inspirar a tus hijos y que aprendan sobre emprendimiento, finanzas, marketing, desarrollo personal, superación personal, hábitos...Incluyo un pequeño análisis con algunos aprendizajes y moralejas de cada cuento.Basados en los aprendizajes de los grandes libros para emprendedores.Descubre y escucha todos mis podcasts para aprender cada día:• Grandes aprendizajes• Productividad Máxima• El podcast de Instagram• Marketing Digital• SEO para Google• Triunfa con tu blog• Marketing Digital para podcast• Los últimos días• Cuentos con moraleja• Mastermind Emprendedores Digitales• Inteligencia Artificial para Emprender• Noticias marketing• Meditación Guiada con Borja GirónConviértete en un seguidor de este podcast: https://www.spreaker.com/podcast/cuentos-con-moraleja--5722699/support.

Alle episoder

35 episoder
episode Historias que Flotan: El Emprendimiento de Luna la Nutria artwork
Historias que Flotan: El Emprendimiento de Luna la Nutria

Bienvenido al Podcast “Cuentos con moraleja”. El Podcast en el que te traigo cuentos cortos para que los niños aprendan sobre finanzas, ventas, desarrollo personal, marketing y emprendimiento. Debes poner mucha atención para aprender todo lo posible y poner en práctica lo aprendido hoy mismo. Hoy te traigo el cuento de… "La librería flotante de Luna la nutria" ¿Estás preparado? ¿Estás preparada? ¡Comenzamos! Luna la nutria vivía en un río que cantaba bajito entre las piedras. Le encantaba leer y compartir historias, así que decidió emprender: abriría una pequeña librería flotante, una balsa con estantes y un toldo azul. “Quiero que cada familia se lleve un cuento a casa”, murmuró con una sonrisa. Antes de empezar, Luna ordenó sus ahorros en cuatro frascos de vidrio. En el primero escribió costos. En el segundo, reinversión. En el tercero, ahorro. En el cuarto, compartir. Calculó con calma: papel y tintas por cuatro euros, cuerdas y madera por tres euros. “Para que el negocio respire, debo vender con margen y cuidar cada euro”, se dijo. Luego pensó en su marca. Pintó un cartel: “Las Páginas del Río. Historias que te acompañan hasta casa”. Eligió colores suaves y una promesa clara. Lía la luciérnaga le ayudó a colgar farolitos que brillaban como estrellas chiquitas. “Recuerda tu porqué”, zumbó Lía. “Acercar historias al río y sembrar curiosidad.” El primer día, Luna abrió de diez a trece horas y de quince a diecisiete horas. Llegó Don Caracol, curioso. Luna sonrió y practicó lo aprendido en ventas: “Hola, soy Luna. ¿Para quién es este cuento? ¿Qué te apetece leer hoy?” Ofreció una lectura en voz baja, un pedacito de cuento, para que pudiera decidir. Mostró opciones sencillas: cuento corto por un euro, cuento ilustrado por tres euros, paquete familiar de tres cuentos por cinco euros. “Y si te llevas el paquete, te regalo un separador con tu nombre”, añadió con dulzura. A media mañana, el río sopló fuerte y la balsa se movió. Algunos animales se asustaron y se fueron. Luna respiró hondo. “Emprender es aprender”, se recordó. Ajustó las cuerdas, mejoró el amarre y dibujó una flecha en el muelle que decía: “Por aquí, sin prisa”. También anotó en su cuaderno: poner la escalera más baja, preparar cambio y tener una lista de recomendaciones. En la tarde llegó Doña Garza con sus polluelos. “Busco historias cortas para dormir.” Luna escuchó, recomendó con cariño y contó su propósito: “Cada compra ayuda a llevar una lectura a la escuela de ranas los sábados a las diecisiete horas.” Los ojos de los polluelos brillaron. Doña Garza compró el paquete familiar por cinco euros y dejó una nota: “Nos encantó la calma de tu voz.” Luna guardó la nota como testimonio y la pegó al cartel. Marketing también es mostrar lo que otros sienten. Al finalizar el día, Luna revisó números con cuidado. Pagó costos, colocó monedas en reinversión para una vela nueva, ahorró para una pequeña imprenta y dejó un poquito en compartir, para donar cuentos a quien no pudiera pagarlos. En su frasco de ideas, los vecinos dejaron sugerencias: “Haz un club de lectura”, “Crea una colección de cuentos de agua”, “Ofrece envío por el río”. Luna sonrió; la mejor publicidad es escuchar de verdad. Al día siguiente, la librería flotante abrió con una melodía suave. Luna saludó por su nombre a los clientes, ordenó los estantes por intereses y lanzó una novedad: “Hora del cuento a las doce horas”. Más animales se acercaron, y el río parecía aplaudir. Luna entendió que vender es servir, que las finanzas son darle un sitio a cada euro, que el marketing es contar con honestidad y belleza, y que el desarrollo personal es mantener la calma, aprender y perseverar. Moraleja: con un propósito claro, escucha atenta, números ordenados y pequeñas mejoras cada día, un sueño puede flotar, avanzar y llegar muy lejos. ¿Qué otros aprendizajes puedes sacar tú de este cuento? Si te ha gustado este cuento, compártelo y deja 5 estrellas. No te olvides de suscribirte para no perderte la próxima aventura. Te espero mañana con un nuevo cuento con moraleja. Un fuerte abrazo. Te quiero. Conviértete en un seguidor de este podcast: https://www.spreaker.com/podcast/cuentos-con-moraleja--5722699/support [https://www.spreaker.com/podcast/cuentos-con-moraleja--5722699/support?utm_source=rss&utm_medium=rss&utm_campaign=rss].

I går - 5 min
episode La Limonada del Éxito: Lecciones de Rita la Ardilla artwork
La Limonada del Éxito: Lecciones de Rita la Ardilla

Bienvenido al Podcast “Cuentos con moraleja”. El Podcast en el que te traigo cuentos cortos para que los niños aprendan sobre finanzas, ventas, desarrollo personal, marketing y emprendimiento. Debes poner mucha atención para aprender todo lo posible y poner en práctica lo aprendido hoy mismo. Hoy te traigo el cuento de… "La feria de la limonada de Rita la ardilla" ¿Estás preparado? ¿Estás preparada? ¡Comenzamos! Rita la ardilla soñaba con comprar un libro sobre árboles y una regadera brillante. “Voy a emprender”, dijo con chispa en los ojos. Abrió su hucha, contó con calma sus ahorros y preparó cuatro sobres. En uno escribió ingredientes. En otro, ahorro. En el tercero, reinversión. En el cuarto, compartir. “Primero ordeno mi dinero, luego ordeno mis ideas”, sonrió. Lía la luciérnaga, que brillaba como un cartel encendido, revoloteó curiosa. “Tu limonada necesita una historia”, susurró. “Ponle nombre, colores y una promesa clara.” Rita pensó y pintó un letrero: “Limonada Buen Día. Fresca, honesta y con un toque de miel”. Al lado dibujó una ardilla regando su árbol. “Mi porqué: ahorrar para aprender y cuidar el bosque”, añadió. Nico el zorro, experto en ventas con corazón, se acercó con una sonrisa. “Rita, escucha antes de ofrecer. Pregunta: ‘¿Qué te apetece hoy?’ Da una muestra pequeña y cuenta cómo la preparas. Ofrece opciones sencillas: vaso pequeño por un euro, vaso mediano por dos euros, vaso grande por tres euros. Y recuerda: mirar a los ojos, sonreír y agradecer.” Llegó la feria del bosque. Primer cliente: Don Topo. “¿Muy dulce?”, preguntó. Rita dudó, volcó demasiada miel y se quedó sin cambio. El cartel estaba un poco torcido y el hielo aún no llegó. Las ventas avanzaron lentas como tortuga con sueño. Bruno el oso, panadero amable, se acercó con una libreta. “Emprender es probar, aprender y mejorar. Anota comentarios. Mañana será mejor.” Le regaló también unas galletas de avena. Esa noche, Rita respiró hondo. Anotó: llevar cambio, enfriar antes, probar con menos miel, ofrecer un combo galleta más vaso mediano por tres euros, y preguntar nombres para saludar mejor. Practicó su frase de bienvenida frente a una cucharita que hacía de micrófono: “Hola, soy Rita. ¿Qué te apetece hoy? Tengo limonada fresca con miel y hojas de menta.” Al amanecer, todo brillaba. El letrero recto. El hielo cantando en la jarra. Lía puso pequeñas lucecitas y Rita colocó un frasco con la etiqueta: “Ideas para mejorar. Tu opinión vale”. Ofrecía un sorbito gratis a quien compartiera una sugerencia. Llegó Doña Tortuga. “Me gusta suave.” Rita ajustó la receta. “Gracias por decirme. Aquí tienes un vaso pequeño por un euro, y te regalo una sonrisa grande.” Doña Tortuga volvió más tarde con sus nietos. El pajarito Pipo dijo: “¿Y si cuentas que parte va para plantar semillas?” Rita agregó un cartelito: “Cada venta ayuda a plantar un nuevo árbol”. Los animales se miraron y asentían felices. Al final del día, la jarra quedó vacía y el cuaderno lleno de ideas. Rita contó despacito las ganancias y las repartió en los cuatro sobres: pagó ingredientes, guardó para reinversión, ahorró para su libro y separó unas monedas para comprar semillas del bosque. “Vender es servir. Marketing es contar mi verdad con claridad. Finanzas es darle un hogar a cada euro. Y emprender es aprender todos los días”, dijo abrazando su libreta. Moraleja: cuando sueñas con propósito, escuchas a tus clientes, cuentas bien tu historia, cuidas tu dinero y mejoras con cada paso, tus ideas florecen como un bosque después de la lluvia. ¿Qué otros aprendizajes puedes sacar tú de este cuento? Si te ha gustado este cuento, compártelo y deja cinco estrellas. No te olvides de suscribirte para no perderte la próxima aventura. Te espero mañana con un nuevo cuento con moraleja. Un fuerte abrazo. Te quiero. Conviértete en un seguidor de este podcast: https://www.spreaker.com/podcast/cuentos-con-moraleja--5722699/support [https://www.spreaker.com/podcast/cuentos-con-moraleja--5722699/support?utm_source=rss&utm_medium=rss&utm_campaign=rss].

15. okt. 2025 - 5 min
episode Semillas con Alas: El Jardín Emprendedor de Lila artwork
Semillas con Alas: El Jardín Emprendedor de Lila

Bienvenido al Podcast “Cuentos con moraleja”. El Podcast en el que te traigo cuentos cortos para que los niños aprendan sobre finanzas, ventas, desarrollo personal, marketing y emprendimiento. Debes poner mucha atención para aprender todo lo posible y poner en práctica lo aprendido hoy mismo. Hoy te traigo el cuento de… La Tienda de Semillas del Colibrí Lila ¿Estás preparado? ¿Estás preparada? ¡Comenzamos! En un jardín lleno de flores, vivía Lila, un colibrí curioso que volaba rápido pero pensaba despacio. Le encantaban las flores, sí, pero todavía más le gustaba ver a otros pájaros sonreír. Un día, tuvo una idea: abriría una tienda de semillas especiales para que cada nido tuviera su mini jardín. Puso una mesa bajo una buganvilla y, con la ayuda del Caracol Paco, pintó un cartel: “Semillas Ligeras de Lila: planta, riega y sonríe”. Debajo, una promesa clara: “Si no germinan, te devuelvo tus euros o te doy un nuevo paquete. Garantía Alas Tranquilas”. Su abuela, la Colibrí Duna, le regaló cuatro tarros de cristal: - Gastos: para sobres, cuerda, etiquetas y tierra. - Ahorro: para su sueño de comprar una regadera con boquilla fina. - Inversión: para comprar más variedades de semillas y mejorar los sobres. - Compartir: para regalar semillas a quien las necesitara. Lila calculó con calma. Sumó los costes en una hoja de hoja verde (porque a los colibríes les gusta hacer listas en hojas de verdad): —Si el sobre, la cuerda, la etiqueta y la tierra cuestan cuatro euros, y necesito dos euros para reinvertir, cobrando ocho euros ganamos todos —susurró. Llegó el primer cliente, la Tortuga Teo. —Me encantan las flores, pero a veces me salen mal —dijo con timidez. —Te entiendo —respondió Lila—. Tengo un “pack de cata”: tres bolsitas con pocas semillas. Las pruebas, me dices cuál te gusta y te descuento lo que valga si luego compras el paquete grande. Y si algo falla, tienes mi garantía. Teo probó y eligió las campanillas azules. Se fue moviendo lento, pero contento. Después llegó Mono Miki, siempre con prisa. —No tengo tiempo para leer instrucciones. —Perfecto —dijo Lila—. Este es el “Kit Rápido”: semillas, una tarjeta con dibujos paso a paso y un palo que cambia de color cuando la tierra está lista para regar. Plantas en diez minutos, sin palabras complicadas. —Me lo llevo —contestó Miki—. Y prometo regar. El Búho Orión, que enseña por las noches, se detuvo a mirar los precios. —Lila, ¿por qué tus semillas son un poco más caras que otras? Lila respiró y explicó con calma: —Recojo al amanecer para que las semillas estén frescas, las limpio y las clasifico a mano. No mezclo variedades y doy garantía real. Si no germinan, te devuelvo tus euros o te cambio el paquete. Además, por cada tres paquetes, regalo uno a la escuela del bosque. Eso también está incluido en el precio. Para atraer curiosos, Lila inventó el “Minuto Pétalo”: a cierta hora sonaba una campanita de viento y, durante un minuto, la segunda bolsita costaba la mitad. Los colibríes se quedaban volando cerca para no perdérselo. Era divertido y breve, como un guiño. No todo fue perfecto. Un lote de semillas de girasol no brotó. Lila revisó y descubrió que el saco venía con humedad. —Esto es culpa mía por no comprobarlo —dijo en voz alta. Llamó a los clientes, uno por uno. Les ofreció cambio o devolución de euros, y entregó una tarjeta que decía: “Gracias por tu paciencia. Aprendimos y corregimos.” Convirtió un error en confianza. Para premiar a los que volvían, creó el “Pasaporte Pétalo”: cinco sellos y, al final, un sobre sorpresa. También dibujó un mapa de macetas en una pizarra para que cada cliente marcara con una pegatina dónde había plantado. Ver el mapa lleno daba ganas de plantar más. Cierta tarde llovió mucho y nadie salió. Lila, que no se rinde, activó el servicio “Ala a Casa”: entregas a domicilio con paraguas. En dos horas, repartió semillas a los nidos más cercanos. Aprendió que, si el cliente no vuela hasta ti, tú puedes volar hasta el cliente. Se sumó la Mariquita Mara con su arte. Decoraba los sobres con puntitos de colores y escribía el nombre del comprador a mano. El producto era el mismo, pero se sentía especial. Juntas crearon el “Combo Arcoíris”: semillas más sobre personalizado. Compartían las ganancias con una sonrisa. Cuando por fin el tarro de Ahorro se llenó, Lila compró la regadera con boquilla fina. Regaba mejor, desperdiciaba menos agua y las flores lo agradecían. La inversión correcta ahorra tiempo y multiplica sonrisas. Al caer la tarde, Lila colgó un letrero honesto: —Quedan pocas semillas de lavanda. Mañana habrá más. Prioridad para quienes tengan pasaporte sellado. No era trampa, era verdad. La escasez bien contada enseña a organizarse y a respetar el trabajo. Antes de cerrar, Lila escribió una pequeña moraleja en la pizarra: “Promesa clara, precio explicado, garantía valiente, ayuda sincera. Así florece un negocio y también un jardín.” Y el jardín, poco a poco, se llenó de colores, de abejas felices y de pájaros agradecidos que aprendieron que vender no es gritar, es cuidar. ¿Qué otros aprendizajes puedes sacar tú de este cuento? Si te ha gustado este cuento, compártelo y deja 5 estrellas. No te olvides de suscribirte para no perderte la próxima aventura. Te espero mañana con un nuevo cuento con moraleja. Un fuerte abrazo. Te quiero. Conviértete en un seguidor de este podcast: https://www.spreaker.com/podcast/cuentos-con-moraleja--5722699/support [https://www.spreaker.com/podcast/cuentos-con-moraleja--5722699/support?utm_source=rss&utm_medium=rss&utm_campaign=rss].

12. okt. 2025 - 7 min
episode Miel Honesta: Una Dulce Lección de Emprendimiento artwork
Miel Honesta: Una Dulce Lección de Emprendimiento

Bienvenido al Podcast “Cuentos con moraleja”. El Podcast en el que te traigo cuentos cortos para que los niños aprendan sobre finanzas, ventas, desarrollo personal, marketing y emprendimiento. Debes poner mucha atención para aprender todo lo posible y poner en práctica lo aprendido hoy mismo. Hoy te traigo el cuento de… El Mercado de la Miel Honesta ¿Estás preparado? ¿Estás preparada? ¡Comenzamos! En el corazón del bosque vivía Osa Mielera, una emprendedora dulce y valiente. Un día reunió a sus amigos en un claro: Zorro Astuto, que sabía de marcas y palabras; Castor Manitas, experto en construir; Búho Contable, que amaba los números; y Ardilla Chispa, que vendía sin miedo. —Quiero abrir un puesto —dijo Osa—. No cualquier puesto. Uno que venda la miel más honesta del bosque: rica, justa y con promesa. Zorro se frotó las patas. —Nombre claro, promesa fuerte. Se llamará “Miel Honesta” y diremos: “Si no te encanta, te devolvemos tu dinero sin preguntas.” Castor levantó una pequeña caseta de madera con techo de hojas. Ardilla colgó un cartel hermoso: Miel Honesta. Debajo, en letras sencillas: “Origen: flores del prado claro. Cosechada al amanecer. Garantía de sonrisa.” Búho Contable sacó una libreta. —Antes de vender, contemos. Tarros, etiquetas, tapas, tiempo de recolección, transporte. Sumamos y añadimos un margen justo para crecer. Ningún precio al azar. Decidieron tres tamaños: Pequeño para probar, Mediano para el día a día y Grande para familias. Y Búho apuntó el precio en euros con calma, sin símbolos raros, para que todos lo entendieran. El primer día, Tortuga Paciente se acercó lentamente. —Me gusta la miel, pero a veces me resulta muy dulce —dijo. Ardilla sonrió. —Tenemos un “pack de cata”: tres cucharitas distintas. Tú eliges tu favorita y te descontamos ese precio si compras un tarro. Si no te gusta ninguna, te devolvemos los euros. Palabra de Miel Honesta. Tortuga probó, asintió y eligió la miel de flores amarillas. —Está perfecta para el té de la tarde —susurró. Zorro preparó el “Muro de Sonrisas”: una tabla con fotos de clientes sosteniendo su tarro y una frase breve: “Esta miel me recuerda a la primavera.” El bosque empezó a correr la voz. Llegó Liebre Velocidad, que todo lo hace deprisa. —Solo tengo unos minutos. ¿Qué me llevo? —Tenemos “Lista Rápida” —dijo Ardilla—. Miel Mediana, recogida hoy, con receta de limonada. Pagas aquí, recoges aquí. Un minuto real. Liebre sonrió, compró y se fue saltando. Contenido útil, venta fácil. No todo fue perfecto. En la segunda tarde, apareció Erizo Dudo con cara seria. —Mi tarro tenía una burbujita dentro. Me preocupé. Osa no se escondió: —Gracias por decirlo. Te cambio el tarro ahora mismo, y te explico: la burbujita aparece cuando la miel abraza aire. No afecta al sabor ni a la calidad. Lo apuntaremos en una tarjeta para todos: “Cosas normales de la miel honesta.” Erizo se fue feliz… y volvió al día siguiente con dos amigos. Castor propuso algo más: —Hagamos un Pasaporte de Miel: cinco sellos por compra. Al quinto sello, regalo de una mini miel para que pruebes un sabor nuevo. Zorro añadió: —Y una fecha especial. Cada primer domingo, “Desayuno del Bosque”. Damos una clase breve: cómo distinguir miel verdadera y cómo usarla en recetas fáciles. La educación también vende, y todos aprenden. Búho Contable, con su voz serena, organizó tres tarros para las ganancias: —Gastos para reponer material. —Ahorro para comprar un colmenar móvil, que nos hará más eficientes. —Generosidad para donar miel a quien la necesite cuando esté enfermo. Una tarde de viento, casi nadie pasó. Ardilla no se rindió. —Si el cliente no viene, vamos nosotras. Servicio a domicilio: “Miel al Nido”. Repartimos a las casas del bosque en la última hora del día. Pegaron un pequeño aviso… y sonaron tres pedidos. Velocidad con cariño. Zorro, que nunca deja de pensar, propuso un rito: —Nace el “Sello Flor Dorada”: una estrellita en la etiqueta que indica “cosecha excelente”. Criterios claros: sabor, aroma y trazabilidad. Si tu tarro tiene la Flor Dorada, conoces el día de recolección y el prado exacto. Transparencia que se ve. Una mañana, Zorra Pequeña preguntó: —¿Por qué vuestra miel vale más que otras? Ardilla respiró y explicó sin prisa: —Pagamos justo a las abejas… y a quienes cuidan el prado. Recolectamos al amanecer para no estresar a la colmena. Filtramos sin calentar para conservar el polen. Y si no te encanta, te devolvemos los euros. Este valor se nota en tu paladar y en tu salud. Zorra Pequeña sonrió y dijo: —Así sí se entiende el precio. A mitad de temporada llegó un problema grande. Una parte del prado se secó por falta de lluvia. La cosecha bajó. Osa reunió a todos. —Vamos a ser honestos. Menos stock, misma calidad. Zorro redactó un comunicado: —“Escasez honesta: habrá menos tarros esta semana. Prioridad para clientes con Pasaporte de Miel. Abrimos lista de espera. Gracias por sostener la calidad con nosotros.” Lejos de enfadarse, el bosque aplaudió. Escasez comunicada con verdad crea confianza, no frustración. Para cerrar el mes, celebraron el “Día de la Colmena Abierta”. Los animales vieron el trabajo de cerca: flores, abejas, paciencia. Búho enseñó los números básicos: —Esto cuesta producir, esto es margen, de aquí invertimos, de aquí donamos. Así cuidamos el proyecto para que dure. Aprendieron que las cuentas claras son otro tipo de cariño. Cuando juntaron suficiente ahorro, compraron el colmenar móvil. La etiqueta lo contó: —“Nueva inversión: más flores, más equilibrio, misma promesa.” El resultado fue mágico: más productividad e igual ternura. Cierta tarde apareció Lobo Crítico, que nunca compra y siempre opina. —He visto miel más barata en la ciudad. Osa sonrió con calma. —Puede ser. Si necesitas barato, te lo digo con cariño: no somos tu mejor opción. Si quieres sabor, trazabilidad, garantía y cuidado del bosque, aquí estamos. Decir no también es proteger nuestro sí. Lobo se encogió de hombros… y se llevó un tarro para probar. Al caer la noche, Osa miró el puesto, el Muro de Sonrisas, la lista de espera y los tarros de cuentas. Sintió orgullo. No por vender mucho, sino por vender con verdad. Moraleja: - Un buen negocio empieza con una promesa clara y una garantía valiente. - Explicar costes y valor en palabras sencillas hace que el precio se entienda. - La escasez, cuando es honesta, genera respeto y no enfado. - Educar a tus clientes es marketing con corazón: enseña y venderás mejor. - Si el cliente no llega, sal a su encuentro; servicio a domicilio, mensajes claros y simplicidad. - Ahorra, invierte y comparte. Las tres cosas sostienen los sueños a largo plazo. - Decir no a lo que no encaja protege la calidad y tu paz. Acción para hoy: Piensa en algo que te gustaría vender o compartir. Escribe tu promesa en una frase sencilla. Define tu garantía. Calcula tus gastos básicos y el precio justo en euros. Y crea un pequeño “pasaporte” para premiar a quien confía en ti más de una vez. ¿Qué otros aprendizajes puedes sacar tú de este cuento? Si te ha gustado este cuento, compártelo y deja 5 estrellas. No te olvides de suscribirte para no perderte la próxima aventura. Te espero mañana con un nuevo cuento con moraleja. Un fuerte abrazo. Te quiero. Conviértete en un seguidor de este podcast: https://www.spreaker.com/podcast/cuentos-con-moraleja--5722699/support [https://www.spreaker.com/podcast/cuentos-con-moraleja--5722699/support?utm_source=rss&utm_medium=rss&utm_campaign=rss].

11. okt. 2025 - 9 min
episode Sueños que Despegan: El Club de los Juguetes Viajeros artwork
Sueños que Despegan: El Club de los Juguetes Viajeros

Bienvenido al Podcast “Cuentos con moraleja”. El Podcast en el que te traigo cuentos cortos para que los niños aprendan sobre finanzas, ventas, desarrollo personal, marketing y emprendimiento. Debes poner mucha atención para aprender todo lo posible y poner en práctica lo aprendido hoy mismo. Hoy te traigo el cuento de… El Club de los Juguetes Viajeros ¿Estás preparado? ¿Estás preparada? ¡Comenzamos! Nico quería un dron que brillaba en la oscuridad. Costaba muchas monedas, más de las que tenía en su hucha. Su mamá le dijo: —Si lo deseas de verdad, piensa como un emprendedor: ayuda a otros y deja que lo que ganas te acerque a tu sueño. Nico miró su estantería. Tenía juguetes casi nuevos: rompecabezas, coches, un tren, un juego de construcción. Entonces tuvo una idea: —Si yo ya jugué con estos, ¿por qué no prestarles una aventura? Con cartón y rotuladores, creó un letrero: “El Club de los Juguetes Viajeros: no compres más, deja que el juego venga a ti.” Debajo, escribió su promesa: “Garantía Sonrisa: si no te gusta, cámbialo en 24 horas.” Para cuidar los números, preparó tres tarros: - Mantenimiento: para limpiar, pilas y piezas. - Ahorro-Dron: para su sueño. - Sorpresa: para regalos y días especiales. Hizo un catálogo con fotos y nombres divertidos: —“El Tren Trueno”, “La Grúa Fortachona”, “Los Cubos Alpinos”. Añadió una ficha a cada juguete con reglas sencillas: “Trátame bien, devuélveme a tiempo, cuéntame tu aventura.” Luego pensó en sus planes, como si fueran entradas a un parque: - Plan Semilla: 1 juguete por semana, 2 monedas. - Plan Bosque: 2 juguetes por semana, 3 monedas. - Plan Familia: 3 juguetes por semana, 4 monedas. Incluía un día de prueba gratis para que nadie se quedara con dudas. El primer sábado, Nico montó su mesa en el portal con una campanita y un mantel azul. Apenas llegó alguien. Se puso nervioso. Miró el letrero, respiró y recordó: —Vender es ayudar —se dijo—. Voy a explicar el porqué. Cuando pasó Lucía, con su hermano pequeño, Nico habló con calma: —A veces compramos juguetes que usamos unos días y luego se quedan dormidos. Aquí pueden viajar de casa en casa, y todos ganamos: tú ahorras, yo ahorro para mi dron, y los juguetes viven mil historias. Les enseñó el “Pasaporte Viajero”, una tarjeta con cinco casillas. A la quinta aventura, una sorpresa. Lucía eligió “Los Cubos Alpinos”. El hermano se llevó “La Grúa Fortachona”. Se fueron contentos. Nico anotó el préstamo en su cuaderno y separó monedas: una para Mantenimiento, otra para Ahorro-Dron, y una parte chiquita para Sorpresa. La voz corrió por el edificio. Llegó Tomás con un rompecabezas sin pieza. Nico revisó la caja. —No te preocupes. Si se pierde algo, activamos la “Caja de Piezas Perdidas”. Si no aparece, lo reparo con una nueva que haré de cartón duro y la pintaré. Tomás sonrió. La solución, más que perfecta, fue honesta. Eso también es valor. No todo fue fácil. A media mañana, dos juguetes regresaron con ruedas flojas. Nico no regañó. Sacó su “Kit de Reparación”: destornillador, pegamento, trapitos. Arregló, limpió y anotó: —Revisión hecha. Próximo viaje con chequeo gratis. Una mamá le preguntó: —¿Cómo aseguras que vuelvan bien? —Con tres cosas —explicó Nico—: un depósito pequeñito que devuelvo al traer el juguete cuidado, un recordatorio por la tarde y un premio de “Viajero Perfecto” cuando llega impecable. La mamá asintió. Orden y cariño funcionan. Para atraer a más niños, creó el “Minuto Cofre”: cada hora, al sonar la campanita, abría una caja y mostraba un juguete sorpresa. Los tres primeros que estuvieran allí podían reservarlo sin pagar extra. Emoción y juego… y la fila creció. También pensó en colaboración. Invitó a su amiga Alma, que amaba leer, a sumarse con “Cuentos de Viaje”: por 1 moneda extra, el juguete traía un cuento corto escrito por ella. “La Grúa y el Puente Valiente”. “El Tren que Saludaba a la Luna.” Los niños no solo jugaban, también leían. Las historias hacían que todo valiera un poquito más. Un día, Lucía volvió con cara triste. —Se rompió una cuerda del tren. Nico la escuchó, respiró y dijo: —Gracias por contarlo. Activamos Garantía Sonrisa: te cambio el tren por el “Cohete Saltarín” y arreglo la cuerda. Además, te doy un sello extra en tu pasaporte por cuidar y avisar. Lucía abrazó el cohete. La confianza viajó más rápido que cualquier juguete. Los planes se llenaron, y con eso llegó un problema nuevo: la lista de espera. Nico, en lugar de aceptar a todos, fijó un límite: —Solo diez familias por semana. Quiero calidad, no caos. Puso un cartel: “Cupo completo. Abro 5 lugares el jueves a las 5.” La gente llegó a la hora, y el Club se volvió ordenado y especial. Nico aprendió a medir lo importante. En una pizarra apuntaba: - Juguetes viajeros hoy: 12. - Devoluciones a tiempo: 11. - Reparaciones: 1. - Sonrisas registradas: muchas. También pidió opiniones: —¿Qué mejorarías? Alguien sugirió bolsitas con etiquetas de colores para no perder piezas. Otro pidió “kits de pilas”. Nico lo hizo y subió un poquito el precio, explicando el porqué. Todos lo entendieron: valor explicado, valor aceptado. Llegó la lluvia. Casi nadie bajó. Nico no se rindió. Escribió en papelitos: “Entrega paraguas: llevamos y recogemos en tu puerta.” Hizo cinco entregas ese día. Aprendió otra regla: si el cliente no viene, ve tú. Poco a poco, el tarro de Ahorro-Dron se llenó. Cuando por fin alcanzó, Nico fue a la tienda con su mamá. Miró el dron, recordó todas las manos que habían ayudado, y dijo: —Quiero comprarlo… y también tres baterías extra para el Club. El dron volará los sábados por la tarde en la plaza. Turnos de tres minutos para todos los socios. Su mamá sonrió. Generosidad con plan. Marketing con corazón. El primer vuelo fue mágico. El dron dibujó un círculo, hizo una vuelta y saludó con las luces. Nico pegó en la pizarra: —Meta cumplida. El Club sigue. Próximo objetivo: una caja grande para guardar “Piezas Perdidas” y un estante nuevo. Esa noche, cuando contó las monedas, separó como siempre: - Mantenimiento, para que los juguetes vivan más aventuras. - Ahorro, para la próxima meta. - Sorpresa, para un “Día Gratuito” a fin de mes. Y añadió un nuevo tarro pequeñito: “Aprendizajes”. Dentro, papelitos con lo que había descubierto: “Escuchar primero vende mejor.” “Las reglas claras hacen amigos largos.” “Decir no a más clientes hoy es decir sí a calidad mañana.” Moraleja: - No siempre necesitas comprar más; a veces necesitas compartir mejor. - Un buen negocio tiene promesa clara, reglas simples y una garantía honesta. - El precio se entiende cuando explicas el valor: limpieza, pilas, historias y cuidado. - Medir y mejorar te hace crecer sin perder el orden. - Colaborar convierte un club pequeño en una aventura grande. - Ahorrar, invertir y sorprender crean clientes felices… y metas cumplidas. ¿Qué otros aprendizajes puedes sacar tú de este cuento? Si te ha gustado este cuento, compártelo y deja 5 estrellas. No te olvides de suscribirte para no perderte la próxima aventura. Te espero mañana con un nuevo cuento con moraleja. Un fuerte abrazo. Te quiero. Conviértete en un seguidor de este podcast: https://www.spreaker.com/podcast/cuentos-con-moraleja--5722699/support [https://www.spreaker.com/podcast/cuentos-con-moraleja--5722699/support?utm_source=rss&utm_medium=rss&utm_campaign=rss].

06. okt. 2025 - 10 min
En fantastisk app med et enormt stort udvalg af spændende podcasts. Podimo formår virkelig at lave godt indhold, der takler de lidt mere svære emner. At der så også er lydbøger oveni til en billig pris, gør at det er blevet min favorit app.
En fantastisk app med et enormt stort udvalg af spændende podcasts. Podimo formår virkelig at lave godt indhold, der takler de lidt mere svære emner. At der så også er lydbøger oveni til en billig pris, gør at det er blevet min favorit app.
Rigtig god tjeneste med gode eksklusive podcasts og derudover et kæmpe udvalg af podcasts og lydbøger. Kan varmt anbefales, om ikke andet så udelukkende pga Dårligdommerne, Klovn podcast, Hakkedrengene og Han duo 😁 👍
Podimo er blevet uundværlig! Til lange bilture, hverdagen, rengøringen og i det hele taget, når man trænger til lidt adspredelse.
Phone screen with podimo app open surrounded by emojis

Mere end 1 million lyttere

Du vil elske Podimo, og du er ikke alene

Bedømt til 4,7 stjerner i App Store

Begrænset tilbud

1 måned kun 9 kr.

Derefter 99 kr. / månedIngen binding.

Eksklusive podcasts

Uden reklamer

Gratis podcasts

Lydbøger

20 timer / måned

Kom i gang

Kun på Podimo

Populære lydbøger