Crímenes: El Caso España

En la tranquila ciudad de Olot, en la provincia de Girona, ocurrió uno de los secuestros más largos y brutales de la historia reciente de España. No fue motivado por razones políticas ni por terrorismo. Fue una historia de traición, miedo y resistencia. María Àngels Feliu Bassols, farmacéutica de Olot, desapareció el 20 de noviembre de 1992. Nadie sabía dónde estaba ni qué le había ocurrido. Lo que comenzó como una desaparición se convirtió en un caso que conmocionó a toda una sociedad.

Una noche helada en la costa de Pontevedra. Un pueblo tranquilo, rodeado de verde, donde las casas se iluminan a lo lejos como luciérnagas. Un lugar donde las puertas se cerraban con confianza. Donde nadie sospechaba que la muerte podría llevar placa y pistola reglamentaria.En una vivienda aislada de la parroquia de Chandebrito, una familia duerme. La familia González Rivas. El matrimonio, su hija menor, y la mujer que trabaja en la casa. No saben que dos hombres se aproximan. Ni que, dentro de minutos, todo estará en silencio. Para siempre.

Benejúzar es un pequeño municipio al sur de la provincia de Alicante. Un pueblo tradicional, de calles estrechas y casas encaladas. Donde la vida parece discurrir con la calma rutinaria de los días iguales. Donde todos se conocen. Donde todos se saludan. Donde todos saben. Y a veces, cuando todos saben, también todos juzgan.

Sheila Barrero Fernández, de 22 años, fue asesinada de un disparo en la nuca. Su hermano halló el cadáver en el interior de su coche en el alto del puerto de La Collada, en el límite entre Asturias y León, el 25 de enero de 2004. Este jueves se cumple el 20 aniversario del crimen. Su familia reprocha que el caso prescriba y su asesinato quede impune. En su punto de mira está el exnovio, Borja V.G., al que consideran el principal sospechoso.

El 18 de septiembre de 1990, en la localidad de Almansa, provincia de Albacete, una niña de once años fue asesinada por su propia madre en el contexto de un exorcismo. Durante horas, tres mujeres adultas —entre ellas la madre—, consumieron drogas, se entregaron a delirios religiosos y cometieron un acto de violencia tan extremo como incomprensible. Dijeron que la niña estaba embarazada del demonio. Y para expulsarlo, la destriparon.