Flora, Serafina y el escritor

Ricardo Garibay (Hidalgo, 1923 – Morelos, 1999) fue estudiante de derecho, filosofía, psicología, letras, teatro y cine. Fue becario del Centro Mexicano de Escritores en 1952-53, donde tuvo como compañeros a Juan Rulfo y Juan José Arreola. Fue académico en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y creador emérito del Sistema Nacional de Creadores de Arte. Mereció los premios Mazatlán de Literatura, Mejor Libro Extranjero Publicado en Francia, Nacional de Periodismo y Narrativa de Colima. Fue colaborador de publicaciones como Revista de la Universidad de México, Revista Mexicana de Literatura, El Universal y Excélsior, entre otras, y condujo los programas televisivos Autores y libros, Poesía para militantes, Mujeres, mujeres, mujeres, A los normalistas con amor, Temas de Garibay y Calidoscopio. “Escribir es un acto de amor”, afirmaba este prolífico autor. Esta convicción, además de llevarlo a desarrollarse en crónica, reportaje, cuento, novela, ensayo así como guiones para cine, teatro y televisión, le permitió convertirse en un retratista prodigioso de personajes de la sociedad mexicana. Así lo afirma la también escritora Josefina Estrada, quien antologó y prologó el primer volumen de la colección Esenciales del XX, de Cal y Arena, una publicación de 700 páginas con obra de Ricardo Garibay: “Como pocos, construyó el lenguaje del mexicano más común”. Un ejemplo de ello es el guión “Flora, Serafina y el escritor”, en el que se pone en escena a dos sirvientas y el patrón de una de ellas. Éste último, jugando como espía en una llamada telefónica, es testigo de las bromas, problemas y ensueños de las dos mujeres que presumen un lenguaje coloquial, casi una jerga. “Garibay posee una prosa poderosa, vital, enérgica”, asevera Josefina Estrada quien fue discípula del autor en los últimos 15 años de su vida y cuyos textos también se pueden escuchar en Descarga Cultura.UNAM. Es ella quien presenta y da lectura a este material incluido en el libro Diálogos mexicanos, publicado por Joaquín Mortiz en 1975. Agradecemos la colaboración musical del Cuarteto Latinoamericano. D.R. © UNAM 2016