Chismes, juicios y blasfemias

En este episodio de Chismes, juicios y blasfemia, nos adentramos en el juicio donde el juez… ¡copió y pegó respuestas de ChatGPT en su sentencia! ¿Puede una IA decidir sobre nuestros derechos? Hablamos de cómo el derecho no es tan imparcial como nos han contado y reflexionamos sobre el verdadero impacto de la inteligencia artificial en la justicia y en nuestras vidas. ¿Magia blanca o magia negra? ¿Esperanza o amenaza? La respuesta no está en los algoritmos, pero aquí la exploramos.

En este episodio de Chismes, juicios y blasfemia, exploramos cómo la orangutana Sandra fue reconocida como persona no humana en Argentina, abriendo la puerta a una pregunta profunda: ¿qué significa ser persona? Desde animales con derechos hasta la naturaleza y la inteligencia artificial, repasamos cómo el concepto de “persona” ha cambiado a lo largo de la historia. ¿Somos personas por tener derechos, conciencia o simplemente por estar vivos? Spoiler: la respuesta es más compleja de lo que imaginas.

En este episodio de Chismes, juicios y blasfemia, te cuento cómo el pueblo de Cherán, Michoacán, expulsó a los partidos políticos y ganó el derecho a autogobernarse usando… ¡Las mismas leyes del Estado! ¿Podemos usar el derecho para oponernos al derecho? Exploramos cómo comunidades como Cherán, el EZLN y Rojava han creado formas de vida sin Estado, y nos preguntamos: ¿tenemos derecho a vivir sin derecho? Spoiler: quizá sí.

En este episodio de Chismes, juicios y blasfemia, te cuento cómo Paulina Rubio terminó ganándole un juicio al gobierno español por la difusión no consentida de su vida privada. Pero esto va más allá de la chica dorada: ¿qué tanto control tenemos sobre nuestra intimidad en la era digital? Desde la sobreexposición en redes hasta el doxeo y la inteligencia artificial, exploramos cómo la línea entre lo público y lo privado se desdibuja cada vez más. ¿Qué queda de nuestra privacidad en un mundo donde todo se comparte?

En este episodio de Chismes, juicios y blasfemia, exploramos el polémico caso de un hombre despedido por llevar un tatuaje de esvástica, y cómo la Suprema Corte de México decidió que este símbolo, sin importar contexto o intención, es en sí un discurso de odio. ¿Hasta dónde deben llegar los límites de la libertad de expresión? ¿Cómo navegamos entre la necesidad de protegernos del odio y el riesgo de censura excesiva? Vamos a cuestionar, reflexionar y, claro, brindar con un vinito.