(No) sirvo para amar

El inevitable desenlace. Kipa asesinó al padre de Elsa y Eric. ¿Fue el único crimen que cometió? Cuando tienes las manos manchadas de sangre cuesta menos volver a cometer una atrocidad. Los niños no están preparados para conocer el destino de sus padres. Y es que aunque tus seres queridos te hagan daño, hay algo que nos mantiene conectados a ellos. El técnico desvela un secreto que Kipa no hubiera sido capaz de prever ni aunque fuera un androide avanzado.

Kipa ha sido desconectado. Su conciencia vaga a la deriva hasta volver a ser conectado. En su regreso se da cuenta de que hay algo fuera de lugar. ¿Cómo te afecta mentalmente el haber estado en un limbo por una eternidad? ¿Los androides pueden experimentar enfermedades mentales? Kipa ha regresado pero tal vez no sea el mismo. El técnico recrudece sus preguntas para descubrir si acaso el androide le está mintiendo. Poco a poco la verdad sale a la luz. Kipa tiene las mejores intenciones del mundo pero sus acciones desembocan en una inevitable tragedia.

El androide Kipa es interrogado en una sala. ¿Qué fue lo que ocurrió en el cumpleaños de los niños a los que debía cuidar? Si una máquina pudiera sentir afecto. ¿Deberíamos permitirlo? En el año 2077 las clases más altas de la sociedad pueden permitirse la compra de un androide cuidador. Entre sus funciones se encuentran limpiar la casa, educar a tus hijes y salvaguardar a tu familia. Si las máquinas aman o no, no es debatible. Es un hecho. Son diseñadas para desarrollar afecto. Ahora bien ¿están capacitadas para ello?