Skyvan: Los vuelos de la muerte

El caso de los vuelos de la muerte finalmente llega a juicio oral en los tribunales argentinos. Para Miriam, esta se convierte en una de las investigaciones más importantes de su carrera periodística. Como sobreviviente, es testigo clave en la búsqueda de justicia, no solo para ella, sino también para aquellos que ya no están. La decisión sobre la culpabilidad de los pilotos ahora está en manos de la justicia y Miriam es solo una espectadora más esperando escuchar el veredicto final.

La justicia argentina no avanza y el riesgo de que los pilotos se fuguen es cada vez más grande. Miriam recurre a Sofía Rodeiro, una ex jueza que diseña un plan para acelerar el proceso judicial. Los procesos de justicia iniciaron décadas atrás, en 1985, cuando ya en democracia, se inicia en Argentina el primer juicio contra las juntas militares. Cientos de sobrevivientes se atreven a declarar, Miriam fue una de ellas.

Miriam y Giancarlo tienen las planillas de vuelo de uno de los aviones Skyvan usado para los vuelos de la muerte. Pero, no saben qué significan los códigos escritos y nadie está dispuesto a ayudarlos. A pesar de que la dictadura terminó hace 40 años, el miedo a los militares sigue presente. Pero eso no los detiene y en su insistencia encuentran respuestas sobre un vuelo que cambia el rumbo de su investigación.

En medio de la investigación de los vuelos de la muerte, Miriam debe preparar un informe televisivo sobre el Mundial de Fútbol de Argentina 1978, un torneo que sucedió al mismo tiempo que ella y otros miles estaban secuestrados por los militares. Al mismo tiempo, una nota en otro periódico menciona los vuelos de la muerte: alguien más está tras la pista de los aviones y podría ganarles el reportaje. Un periodista en Miami se une al equipo y encuentra la pista que los llevará hasta los pilotos.

Miriam y Giancarlo localizan los aviones y no pueden creer que algunos están demasiado cerca. Años atrás, en plena dictadura, madres y abuelas de personas desaparecidas se organizan para buscar a sus hijos y nietos. Algunas de ellas se reúnen en la Iglesia de la Santa Cruz, dónde un día llega un joven llamado Gustavo Niño, dice buscar a su hermano desaparecido. Las madres y abuelas lo adoptan como uno de los suyos, sin imaginar que Gustavo no es quien dice ser.