Crímenes: El Caso España

Enriqueta Martí Ripollés fue una criminal española, conocida popularmente como «La vampira de la calle de Poniente», «La vampira del Raval» o «La vampira de Barcelona»

El 22 de junio de 1902 se escribió un macabro capítulo de la crónica negra nacional. Manuel Pastor, vecino del número 45 de la madrileña calle de Fuencarral, aparecía sin vida en su cama empapado en su propia sangre y con la cabeza hecha jirones. Su sirvienta, Cecilia Aznar, lo había molido a golpes -hasta 12- con una plancha. Bajo el lecho, ya de muerte, se encontró el arma homicida, que presentaba el mango inclinado y adherencias de piel y cabellos del hombre. En la alcoba también se hallaron un cubo y un delantal manchados de sangre. Parece que la asesina trató de eliminar pruebas, pero desistió rápido.

Pedro Álvarez, de 20 años, estaba acompañando a su pareja Yolanda a su casa cuando, justo antes de despedirse de ella, un coche estuvo a punto de atropellarla. Este hecho desató una discusión en la que el conductor terminó disparando tres tiros en la cabeza a Pedro, que ingresó, ya fallecido, en el Hospital de Bellvitge

Juan Díaz de Garayo nació en Eguilaz, Álava, en 1821. Desde joven trabajó como jornalero y luego como mozo de labranza. Era un hombre humilde, iletrado, con aspecto rudo pero discreto. Nadie habría imaginado el monstruo que llevaba dentro. Casado en varias ocasiones —todas ellas con mujeres de extracción humilde— fue padre, trabajador constante, y vivió casi toda su vida en la capital alavesa. Su vida parecía la de un ciudadano más. Hasta que dejó de serlo.

Los niños perdidos del franquismo o niños robados por el franquismo, hace referencia a los 30 000 niños que durante la guerra civil española y la posguerra, o bien fueron arrebatados a sus madres republicanas porque estaban encarceladas, o bien fueron tutelados porque sus madres habían muerto a manos del propio ejército franquista.