Viverent (Vive de las Rentas)

-El impacto de la tecnología en la industria inmobiliaria es innegable y está lleno de tanto oportunidades como desafíos. Mientras que las ventajas, como la eficiencia, la transparencia y la comodidad, están transformando la manera en que se compran y venden propiedades, los desafíos, como la seguridad de datos, la brecha digital y la adaptación a nuevas herramientas, requieren atención y estrategias adecuadas. Las empresas que logren equilibrar la adopción de tecnología con la adaptación a los cambios en el mercado estarán mejor posicionadas para prosperar en un entorno cada vez más digitalizado.

-El mercado mexicano de minibodegas está en pleno auge (901.5 M USD en 2024, con proyección hasta 1,351 M en 2033). Guadalajara, siendo una ciudad dinámica y urbana, alberga múltiples operadores que ofrecen seguridad, flexibilidad y servicios complementarios. En este contexto, la adquisición de Sunstorage por parte de Vivestorage es un paso clave: añade 4,000 m² y fortalece su red en Jalisco y Occidente.

- El panorama geopolítico actual ha puesto en evidencia una realidad incómoda pero ineludible: las ciudades modernas ya no pueden considerarse únicamente centros de desarrollo económico y social, sino también potenciales frentes de conflicto. La necesidad de repensar la arquitectura urbana desde una perspectiva de defensa civil se vuelve urgente ante el aumento de ataques dirigidos a zonas residenciales en conflictos recientes.

- La nueva normativa de la Unión Europea en materia de eficiencia energética supondrá un cambio profundo para el mercado inmobiliario a partir de 2030. A partir de ese año, no se podrá vender ni alquilar ninguna vivienda que no cuente con una calificación energética mínima de E, y en 2033, ese umbral aumentará a la letra D. Esta medida impactará especialmente en el parque inmobiliario español, donde más del 80% de las viviendas tienen actualmente calificaciones E, F o G, debido principalmente a su antigüedad.

-La ambiciosa estrategia del gobierno federal para recuperar y regularizar más de 600,000 viviendas abandonadas representa una oportunidad histórica para transformar el panorama habitacional de México. Este plan no solo ataca un problema estructural heredado de administraciones pasadas, sino que plantea soluciones concretas que integran censos, regularización legal, rehabilitación urbana y acceso justo a la vivienda.