
Historias de la economía
Podcast von elEconomista
Nimm diesen Podcast mit

Mehr als 1 Million Hörer*innen
Du wirst Podimo lieben und damit bist du nicht allein
Mit 4,7 Sternen im App Store bewertet
Alle Folgen
221 Folgen
☕En los últimos años, varios bancos han abierto sucursales con pequeñas cafeterías incluidas, a las que ir a tomarse una taza mientras uno trabaja o hace papeleos. Pero hay una empresa que ya había logrado aunar los dos conceptos mucho antes: Starbucks. La cadena de cafeterías estadounidense se transformó silenciosamente en una entidad financiera hace muchos años, y actualmente maneja depósitos de sus clientes por valor de 1.700 millones de dólares. Starbucks es, en la práctica, un banco en el que muchísima gente ingresa su dinero, pero donde solo puede retirarlo en forma de Frappuccinos Venti, magdalenas y sándwiches de pollo. Un negocio sorprendentemente exitoso. 🏦Desde luego, Starbucks no nació como un banco, sino como una pequeña tienda en Seattle que vendía granos de café, té y especias. En sus primeros 11 años no vendió una sola taza de café: su salto a ser una cafetería ocurrió en 1982, cuando abrió su primer local en una zona universitaria. El éxito fue tal que, en 1987, sus fundadores vendieron la compañía al que hasta entonces era su director de márketing, Howard Schulz, que decidió concentrarse en las bebidas, los sabores y en convertir a sus cafeterías en un lugar en el que los clientes pudieran sentarse y leer o trabajar durante horas. Pero por aquel entonces, Schulz no sabía que había un negocio aún mejor que ese. 💳Normalmente, una empresa ofrece primero un producto o un servicio, y después cobra a los clientes por él. El sueño de toda firma es que te paguen primero, y más adelante, si eso, decidan si quieren adquirir tus productos. Y Starbucks lleva años dirigiendo su negocio en esa dirección: cómo conseguir que los clientes paguen antes siquiera de entrar en el local. Y el truco está en dos piezas clave: la aplicación y las tarjetas regalo.

🥶En el frío mundo de los negocios pocas marcas han logrado conjugar el éxito empresarial con el compromiso político como Ben & Jerry's. Con un historial social como el de la heladera, no extrañan las disputas entre los cofundadores, el exCEO y Unilever, actual propietaria de la compañía, a causa del conflicto en Gaza. El último capítulo de una empresa capaz de triunfar en todo el mundo con helados premium, pero sin dejar de lado la cultura pop y el compromiso político, todo en la misma tarrina. ☮️Para entender el posicionamiento político de la compañía hay que viajar a sus orígenes. Y es que Ben Cohen y Jerry Greenfield, fundadores de la compañía en los años 70, eran dos hippies. Nacidos con tan solo 4 días de diferencia, y compartiendo su origen judío, se conocieron en el instituto, en Nueva York. Se hicieron amigos en clase de gimnasia, donde acostumbraban a quedar últimos en caad una de las pruebas. "Éramos los dos niños más gordos y lentos", reconocieron luego. Fue esa falta de atletismo, que les dificultaba encajar, la que creó una complicidad entre ellos que dura hasta nuestros días. 🍦En 1977, mientras compartían piso en Nueva York, deciden dejarlo todo, lo poco que tenían en realidad, para montar un negocio relacionado con la comida. Su primera idea fue montar un puesto de bagels, muy típico de Nueva York. Pero cuando vieron lo caro que sería comprar toda la maquinaria necesaria se echaron atrás. Así que se les ocurrió abrir una heladería.

👮Los timos han estado presentes en la historia de la economía casi tanto como el propio comercio. Cada época ha tenido sus propios engaños, desde los vendedores ambilantes que ofrecían elixires milagrosos, hasta las sofisticadas estafas digitales que hoy circulan por internet. En esencia, todas comparten un mismo patrón: la habilidad del estafador para disfrazar la mentira de oportunidad y aprovecharse de la confianza ajena. Detrás de cada fraude hay más que un delito, también se revela la psicología de la época, las debilidades del sistema y, en ocasiones, la eterna fascinación por el dinero fácil. 💶En España tampoco hemos sido ajenos a estas tendencias delictivas. Hace ya unas cuantas décadas, en los 70, empezó a popularizarse un fraude que dejó tras de sí almacenes vacíos y empresarios arruinados. En una época en la que los créditos se concedían casi con con apretón de manos, aparecía la versión castiza del fraude de la confianza comercial o el fraude del crédito. Con la peculariadidad de que aquí se le llamó 'el timo del nazareno'. ⛪No está muy claro por qué se le llama así, ya que hay varias teorías. La primera es que se le puso ese nombre porque hay una procesión de acreedores acudiendo a las oficinas del estafador para saber dónde está su dinero, asemejándose a las procesiones de Semana Santa. En la misma línea religosa, también hay quien dice que se debe a que se basa en una venta traidora, como la de Judas a Jesús, el nazareno. Y la última, que se debe a que los nazarenos se ocultan bajo un capirote en Semana Santa, y en estas estafas siempre hay un delincuente oculto.

🥤La guerra comercial entre Coca Cola y Pepsi no nació ni en la televisión, ni en la radio, sino en las estanterías de las farmacias estadounidenses a finales del siglo XIX. En la historia de las marcas globales, pocas rivalidades han sido tan intensas, creativas y duraderas como las 'cola wars'. La lucha no se produjo tanto a través del producto, como del marketing y la publicidad.

🍦A las personas que ya han vivido unos cuantos veranos, la marca Camy les traerá recuerdos de juventud: hasta 2004, Camy y Frigo eran las marcas estrella de los helados. La primera, como indicaba su logotipo, pertenecía a Nestlé. En ese año, poco después del cambio de siglo, aquel mítico nombre desapareció cuando la compañía suiza decidió unificar todas sus marcas bajo el nombre de Helados Nestlé. Pero hace dos veranos que Camy ha vuelto a aparecer, esta vez sin el nombre de la multinacional. La nueva Camy ha aparecido de la mano de una empresa valenciana, que se divorció de Nestle... y que se acabó llevando la mítica marca en la separación. 💶Primero hay que hacer memoria. Camy nació como una empresa alicantina, Helados Camay, que fue comprada por Nestlé en los años 60. Tras un pequeño retoque, eliminando una 'a' de la marca, Camy se convirtió en el buque insignia heladero de la firma de alimentación suiza en España. 🐔Pero precisamente por aquellos años, concretamente en 1964, apareció una fábrica de helados rival en Alzira, Valencia. Había sido fundada por el empresario valenciano Luis Suñer, y se llamaba Avidesa, acrónimo de 'vícolas y Derivados, SA'. La compañía, como su nombre indicaba, operaba tanto la carne de pollos como los envases y los camiones de transporte de animales. Y un día, Suñer decidió ampliar el significado de esos "derivados" a otro sector: los helados. Aquella decisión fue una genialidad: ese negocio tuvo tanto éxito que acabó por dominar el resto de la empresa. Entre sus hitos, fue uno de los patrocinadores del Mundial de Fútbol de 1982. Y Suñer, en pocos años, llegaría ser el mayor pagador de IRPF de España.