Un Río de papel.

Hoy es 31 de julio, día de San Ignacio de Loyola y para todos los ignacianos es una fecha significativa porque celebramos el recuerdo de un hombre especial que ha marcado nuestra vida. Como sabemos desde mayo de este año, celebramos el año Ignaciano que rememora la conversión en el seguimiento radical de Jesús, el Señor, de San Ignacio para que nos atrevamos a "Ver nuevas todas las cosas en Cristo". Volver a mirar la vida en perspectiva del llamado de Cristo a vivir el entusiasmo por el Reino de Dios.

Carlos Cabarrús resume la teología de Rutilio Grande SJ. Mártir jesuita salvadoreño ( próximo a ser beatificado) en tres palabras: Profecia, Utopía y compromiso. A través de una entrañable carta Cabarrús, maestro espiritual del autoconocimiento nos habla, desde los retos del presente, sobre la predica, el ejemplo y la celebración del modo en que Rutilio Grande formaba comunidades de base que discernían la realidad, celebraban la vida y anunciaban el Reino de Dios hasta dar la vida.Texto leído : Carta a mi hermano Rutilio ( Carlos Rafael Cabarrús, SJ)

Se dice que Pierre Teilhard de Chardin, SJ (1881–1955) fue un conciliador entre la ciencia, la fe y la mística. En 1899, a los 18 años de edad, ingresa en el noviciado jesuita de Aix-en-Provence. Allí, y más tarde, en 1908, en el colegio jesuita de Hastings (cerca de Piltdown, Gran Bretaña), cursa estudios de teología, tras los cuales es ordenado sacerdote. La obra del sacerdote jesuita, paleontólogo, filósofo, teólogo y poeta estuvo marcada por sus dos grandes vocaciones: la religiosa y la científica. Fue un hombre que luchó –en tiempos particularmente complicados– por conciliar el pensamiento evolucionista y científico con la fe.

Quizá uno de los jesuitas más importantes del siglo 20 ha sido el teólogo Karl Rahner. Sus aportes teológicos sobre la gracia y la revelación de Dios nos han ayudado a tener un puente entre la noción de Dios, Reino y ser humano.

¿Se puede ser santo en la vida de todos los días?” Sí, se puede. “Pero ¿esto significa que debemos rezar todo el día?” No, significa que debes cumplir tu deber todo el día: rezar, ir al trabajo, cuidar de los hijos. Pero es necesario hacer todo con el corazón abierto hacia Dios, de manera que el trabajo, también en la enfermedad, incluso en la dificultad, esté abierto a Dios. ( Francisco)